5 nov 2005

Ayuntamiento de Cádiz: el plante de la kanalla


Los periodistas que hoy cubrían el pleno celebrado en el Ayuntamiento de Cádiz decidieron que estaban hasta el gorro del estatuto de Catalunya y que no era asunto para ser tratado en la sesión por parte del PSOE, PP e IU.
Dicho y hecho, se salieron rápidamente al pasillo hasta que los ediles terminaron sus largas diatribas sobre el tema que más preocupa en España en estos momentos, que hace correr ríos de tinta y comentarios para todos los gustos.
Aunque se salieron, escucharon algo el debate local de los concejales, en algunos momentos de cierto nivel, sobre el estatut. Avisados están los tres partidos de lo que sucederá si optan por traer asuntos nacionales o internacionales de gran nivel a los plenos.

Lo curioso es que ninguno de ellos, cuya decisión es muy respetable y soberana personal y empresarialmente, se acordara de preguntar a Rafael Román, diputado socialista por Cádiz, sus vivencias personales y p0líticas en tan memorable pleno del Congreso donde se aprobó tomar en consideración el estatut.
Hubiera sido un detalle bonito con Román, algo quejoso ahora del poco cariño que le dispensan algunos kanallas y algunos medios. Por cierto, que Román y sus concejales decidieron irse luego dejando plantado al pobre Gervasio Hernández Palomeque, portavoz de IU, persona educada y cortés donde las haya. La foto es del plante, por detrás.
Cuestión de talante y protesta de la prensa. Los concejales aceptaron con sonrisas el plante, y todos tan contentos. Ahora bien ¿se tratarán desde ahora temas fuera de la órbita local en los plenos?
Por su interés, reproducimos lo que hoy escribe Angeles Peiteado en Diario de Cádiz, aunque conviene no perderse la crítica de Joaquín Benítez:
Los periodistas que cubrieron el pleno de ayer decidieron hacer un plante cuando se abordaron conjuntamente dos propuestas (una del PP y otra del PSOE con enmienda popular) sobre el estatuto catalán, en protesta por la excesiva duración de las sesiones municipales (la de ayer duró casi siete horas), que se alargan por debates como este que tienen una nula relación con la ciudad.
Los concejales debatieron el punto sin más testigos en el salón de plenos que entre dos y cinco personas, menos público que en unas semifinales de juniors en el Falla, y aún así estuvieron más de hora y media discutiendo sobre el estatuto catalán. "Me voy un ratito que ya estoy harto de escuchar hablar de los problemas de Cádiz", ironizó un asistente en plena huida. Realmente, una hora y media es más de lo que invirtieron los ediles en hablar de otros temas que afectaban a la ciudad.