30 oct 2011

Ni Amaral se pierde Monkey Week




EL MUNDO.esNeneh Cherry probablemente no sepa que el Monasterio de la Victoria, en el que anoche ofreció su concierto, fue antes una prisión, el penal de El Puerto de Santa María, un edificio semi rehabilitado, del siglo XVI, felizmente usado ahora como espacio de libertad y de cultura en la ciudad ribereña del Guadalete. Monkey Week cumple tres años y madura notablemente. El escenario del monasterio se ha rebautizado como Layher para los ‘camisetas negras’, los maduros nostálgicos, gentes de la industria de la música, periodistas, aficionados, eternos asistentes a los conciertos en España, esos que son inasequibles al desaliento de la crisis y acuden a todo lo que se mueve, cueste lo que cueste.

Da igual


loquillo y los trogloditas - Feo fuerte y formal



Pedro Pacheco, en una foto de autor, de Esteban Avión.
Dice mi apreciado Manuel Moure en Diario de Jerez, que "un error elevó de 17 a 22 años la petición del fiscal para Pacheco". Da igual que sean menos años. Y no es una burrada o una barbaridad, simplemente el trabajo de una fiscal puntillosa y profesional en el que expresa la opinión del Ministerio Fiscal. Y que no se deja llevar por directrices ni consignas. El tono faltón, exagerado, de Pedro Pacheco no nos impresiona a quienes le conocemos bien, a quienes sabemos de su capacidad para hacer daño cuando no traga a la persona o institución que no le baila al agua. Hay que leer detenidamente la petición del Ministerio Fiscal antes de emitir información, opinión o juicio alguno sobre el asunto.

Me cuesta escribir más de una línea sobre él, pero os relataré una anécdota de la que tengo un testigo solvente y digno. Estaba yo en La Moderna, en otros tiempos de gloria de Pacheco, cuando un reducido pero selecto grupo de personas me dijo: "Mira Pepe, únete a nosotros, este tío no es malo, tiene sus cosas pero tiene razón". Y me invitaron a compartir con él mesa y mantel, por lo visto lo habitual para vivir en paz y sin problemas en Jerez. Naturalmente que no acepté, por muchas razones, que comparte ahora conmigo Juan Román, ex hombre de confianza del enorme. Lo sabe todo. Es intocable. Y porque si comparto mesa y mantel con Pedro algún día, que no lo descarto, será pagando a medias y a solas. Y con tiempo para una larga sobremesa. Igual hasta estamos de acuerdo en muchas cosas...