18 nov 2005

¿Tsunami en Cádiz? No andábamos tan descaminados en este blog

El pasado 4 de octubre, en este blog, y también en EL MUNDO DE ANDALUCÍA, publiqué un reportaje sobre la posibilidad, nada remota, de que Cádiz pudiera sufrir un tsunami. Pues bien, el terremoto que sacudió Lisboa en 1755 y llegó a la costa de Cádiz en forma de gigantesco tsunami, con olas de 12 a 15 metros de altura, podría repetirse dentro de 200 años, ya que el "periodo de retorno" de estos fenómenos establecido para la zona es de 450 años.Así lo aseguró Emilio Carreño, director de la Red Sísmica Española, en la tertulia titulada "250 años del gran terremoto y tsunami de Lisboa", organizada por el Colegio Oficial de Geólogos de Madrid.
Enlace a la noticia, en EL MUNDO

El pasado 1 de noviembre se cumplieron 250 años del terremoto de Lisboa: Cádiz está bajo las aguas. En Nueva Orleáns, Cádiz Street es un remedo fúnebre de un canal veneciano, sólo que las góndolas son allí vehículos anfibios del ejército de norteamericano, cargados de ayuda humanitaria. La calle desemboca en la ribera del desbordado Mississipi. Nueva Orleáns, ahora bajo las aguas, fue un día la capital de la provincia española de Luisiana. Este es el texto que he publicado en EL MUNDO DE ANDALUCÍA.
Luis XIV de Francia cedió la provincia a su primo, el rey de España Carlos III, en 1762. Napoleón presionó a España para que cediera de nuevo Luisiana a Francia. En 1800, mediante el tratado San Ildefonso, Luisiana pasó de nuevo a manos francesas, pero no por mucho tiempo, ya que finalmente Francia la vendió a Estados Unidos el 30 de abril de 1803.

Un azulejo de diseño andaluz en la Plaza de Armas de Nueva Orleáns así lo recuerda. Los aproximadamente sesenta años en que Luisiana fue territorio español fueron el inicio de un período de prosperidad y renovación cultural, política y arquitectónica, especialmente en lo que respecta a la ciudad de Nueva Orleáns.

Cádiz Street es una calle famosa en la ciudad sureña porque en ella se asienta la iglesia negra más antigua de Norteamérica, San Pedro, centro de acción cristiano de los afroamericanos metodistas. La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, está conmocionada por las imágenes y noticias que llegan de Estados Unidos. Ha dirigido una carta de profunda solidaridad al alcalde de Nueva Orleáns, el afroamericano Ray Nagin, convertido ahora en la conciencia de Estados Unidos, y de George W. Bush.

Pero, qué pasaría si las aguas del Atlántico amenazaran a Cádiz Desde luego, si hay una ciudad que mira al mar con mucho respeto ésa es Cádiz. ¿La Tacita de Planta inundada? ¿Un tsunami? Un huracán. Quizás éste último fenómeno no sea probable, aunque ya nada es seguro con el cambio climático. El 23 de julio del pasado año, el Instituto Geográfico Nacional detectó un maremoto de 3,4 puntos en la escala de Richter en el Golfo de Cádiz.

El epicentro estaba localizado a 75 kilómetros al suroeste de Cádiz capital y 100 al este del cabo de Trafalgar, según la Subdelegación del Gobierno en Cádiz. El mapa de sismicidad de la península ibérica y zonas próximas no deja lugar a dudas que hay una zona de gran actividad entre las islas Azores y Gibraltar.
El pasado 15 de agosto, Emilio Carreño, director de la Red Sísmica Nacional, del Ministerio de Fomento, quitó hierro al asunto. De los 24 maremotos que han golpeado a España en los últimos 22 siglos, sólo uno, el de Lisboa, tuvo un gran poder destructivo.

El seísmo fue de 8,5 grados en la escala Richter. Pero la experiencia demuestra que contra los terremotos más vale prevenir que predecir. “La cuestión no es si volverá a ocurrir, sino cuándo y si estaremos preparados para evitar la catástrofe”, sostiene Juan Clavero, de Ecologistas en Acción. La Red Sísmica Nacional, conjuntamente con Protección Civil de Andalucía y el Observatorio de la Armada de San Fernando (Cádiz) ya tienen un proyecto sobre sistemas y metodología para crear una red de alerta de maremotos, fundamentalmente frente al Golfo de Cádiz. En cualquier caso, los expertos afirman que es absolutamente imposible prever un terremoto, Montar la red costaría unos cuatro millones de euros.

250 ANIVERSARIO

El próximo 1 de noviembre, cada año y en la calle La Palma, frente a la iglesia del mismo nombre, Cádiz conmemorará el 250 aniversario de del terremoto de Lisboa. “Este año habrá actos especiales”, señala el teniente de alcalde de Presidencia, Enrique García Agulló, “y se harán en colaboración con las cofradías. Cuando ocurrió el terremoto de Lisboa y luego el maremoto en Cádiz, un sacerdote sacó el estandarte de la Virgen y se encomendó a ella para pedir por Cádiz y parar las aguas”.

Fray Bernardo, un fraile capuchino que oficiaba misa en La Viña en 1755 no lo dudó al ver las aguas amenazantes, Tomó el cruficijo, y un capellán, el estandarte de la Virgen de la Palma. Lo clavó en la calzada y el padre exclamó: “Hasta aquí, Madre mía”. Milagro o no, las aguas no siguieron. La imagen de la patrona, la Virgen del Rosario, fue sacada del templo y situada frente al mar. García Agulló es optimista: “Hombre, la realidad es que ambas ciudades son diferentes, porque Nueva Orleáns está bajo el nivel del mar, pero es cierto que hay que observar al mar y a estos fenómenos naturales imprevisibles con mucho respeto. La singularidad de Cádiz siempre nos preocupa”.

En 1755, olas de diez metros se abatieron sobre la capital española, entonces sólo enlazada con la península por un estrecho istmo por donde discurre la carretera a San Fernando y hoy también por el puente José León de Carranza. Geográficamente, si fueran anuladas estas dos vías de acceso, y furioso el mar, Cádiz quedaría absolutamente aislado por un fenómeno imprevisible de ésta naturaleza. Paradójicamente, las murallas que nos salvaron podrían volver a hacerlo, pero el barrio de La Viña quedaría inundado mortalmente.

EXPLORACIÓN OCEANOGRÁFICA
¿Puede volver a ocurrir?: Sí. Dicen los expertos que suelen repetirse cada mil años. Pero ¿y si se equivocan los expertos? Hasta ahora se han realizado cinco campañas internacionales de exploración oceanográfica y perforación en el Golfo de Cádiz, financiadas por la Comisión Europea. Los proyectos persiguen arrojar algo de luz sobre la compleja geología de la región, considerada por los expertos como un auténtico polvorín geológico.

En la revista "Science", Marc-André Gutscher, del Instituto Universitario Europeo del Mar, ha detallado cómo recientes estudios de esa zona del sureste peninsular han dado información sobre el gran terremoto de 1755 y sobre la posibilidad de que puedan repetirse seísmos tan terribles “cada mil años”. Anualmente, en la península ibérica se producen entre 1.200 y 1.400 terremotos, pero todos ellos de baja intensidad, según la Red Sísmica Nacional.

¿El epicentro del maremoto de Lisboa? Pues estuvo muy cerca, en la falla Azores-Gibraltar, a 37ºN y 10ºO. Según este científico francés, al día de hoy hay grandes dudas de que no se pueda volver a producir un seísmo similar. La falla Azores-Gibraltar cruza una amplia región donde la placa tectónica africana choca contra la euroasiática. La primera empuja a la segunda por el sur de la península Ibérica, desplazándola a 4 milímetros al año en dirección noroeste. No es mucho, en comparación con los 6 centímetros al año de las placas tectónicas al noroeste de Sumatra. El empuje es distinto.

Además, esta amplia región no está muy bien definida geológicamente, según los datos aportados por este investigador, quien advierte que no se ha identificado todavía con exactitud la fuente del maremoto de 1755.
Pero el científico francés Marc-André Gutscher afirma que recientes análisis tomográficos realizados por su equipo apoyan la hipótesis de un proceso de subducción bajo el Estrecho de Gibraltar en dirección este. Las imágenes que obtuvo el pasado año muestran material frío y denso descendiendo desde la superficie hasta 700 kilómetros de profundidad. Además, según sus estudios, la química del los volcanes del Mar de Alborán muestra que surgieron hace más de cinco millones de años de forma semejante a la cadena de islas de Pacífico. El principal interrogante que se plantea Marc-André Gutscher es la posibilidad de que ese sistema de subducción esté todavía activo y exista riesgo sísmico a largo plazo. En su opinión, se disponen de evidencias sobre la persistencia de actividad, tras la identificación y análisis de numerosos volcanes activos en el Golfo de Cádiz, así como de sedimentos marinos que sólo tienen miles de años de antigüedad. En las conclusiones de su artículo, sostiene que este proceso activo de subducción al sur de la Península Ibérica pudo haber producido el gran terremoto de Lisboa hace 250 años y puede generar a largo plazo terremotos de intensidad semejante.

No obstante, el investigador francés reconoce que no se ha registrado con instrumentos sismológicos ningún seísmo que avale la existencia de un proceso activo de subducción. Sin embargo, matiza que esa observación podría explicarse si la falla potencialmente generadora de seísmos está bloqueada. Según Gutscher, un escenario geológico similar se da en otras partes del mundo, como Nankai (Japón) y Cascadia (frente a las costas de Canadá y Estados Unidos en el Pacífico) Ambas regiones tienen en común una actividad sísmica bloqueada, que se rompe con grandes terremotos cada 100 a 1.000 años.

120 SEGUNDOS

El mapa de las isosistas del terremoto de Lisboa refleja la violencia del temblor, que destruyó la mayoría de los edificios de Lisboa y sacudió el sur de España. Duró 120 segundos, pero se llevó por delante las vidas de 50.000 personas en Portugal y otras 235.000 vivieron sus dramáticos efectos. Un total de 1.200 personas perecieron en las provincias de Huelva y Cádiz. Se produjeron varios temblores a las 9h,50 min, 10h y 12h del día 1 de noviembre de 1755, día de Todos los Santos. De momento, un balance muy superior al del huracán tropical Katrina. La negra estadística en Estados Unidos va, de momento, por más de 10.000 muertos y un millón largo de desplazados. Pero las cifras van subiendo alarmantemente.

LOS EFECTOS EN EL SUR

¿Qué pasó en Cádiz? Las crónicas de la época ponen los pelos de punta. En La Caleta, como en Polinesia con el último tsunami, el agua se retiró “media legua”. “El mar rompió los lienzos de las murallas desplazando piezas de sillería de 8 a 10 toneladas alrededor de 40 a 50 yardas, e invadió la población hasta 3 veces con intervalos de 6 minutos dejando en seco cerca de media legua de playa y ocasionó numerosas víctimas”. Se produjeron daños en el muelle central y hasta se hundió un barco.

El Gobernador de Cádiz, Antonio Azlor, ordenó el cierre de las puertas de Tierra. Las veintiséis personas que las cruzaron, perecieron bajo las aguas. Miles de gaditanos salvaron la vida gracias a las mismas murallas que frenaron a los franceses.

En los pueblos de la provincia también se sintió el terremoto Conil, Sanlúcar de Barrameda, Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera. Todos ellos sufrieron graves desperfectos en los edificios y víctimas. Conil quedó completamente destruido. En Ayamonte hubo más de 1. 000 muertos. Hasta ahora, el de Lisboa es el maremoto más destructivo del que se tiene constancia en la historia de la península. En España, se produjeron cuantiosos daños. En Sevilla, se destruyó el 6,5 % de las viviendas y dañó el 89%. La Giralda se vio muy afectada, y se produjeron 9 víctimas. Es lo que se relata en el Catálogo Nacional de Riesgos Geológicos ITGE (1988).

APENAS UNA HORA PARA EVACUAR CÁDIZ

Entre una hora y treinta minutos. Es el tiempo que habría para evacuar Cádiz en el caso de un maremoto con epicentro en algún punto de la falla Azores Gibraltar. José Antonio Aparicio, un prestigioso técnico andaluz en Protección Civil, opina que es “prácticamente imposible” vivir un cataclismo como el de Asia en el entorno del Golfo de Cádiz pero admite que “el riesgo prevalece”.

La principal razón para ello, según Aparicio, “es que estamos ubicados en las proximidades de la interplaca entre Africa y Eurasia, y en los bordes mismos de la falla Azores-Gibraltar-Túnez, donde existe una muy incesante actividad sísmica generadora de sismos potentes que han causado amplia destrucción no sólo en España, sino también al norte de Marruecos, Túnez y Argelia”. El relato de este experto, comparando los maremotos de Lisboa en 1755 y el tsunami de Asia de diciembre de 2004, se incluyó el pasado mes de agosto en la web de Protección Civil de Andalucía.

No obstante, aunque la balanza se inclina favorablemente hacia nuestra parte, no todo son ventajas. José Antonio Aparicio sostiene que si algún día se produce un terremoto como el de 1755 y en la misma zona epicentral, “sólo dispondremos escasamente de una hora para situarnos en un lugar seguro, al menos lejos de las playas o del litoral. La velocidad media de propagación de las ondas marinas oscilará entre los 350 y los 400 km por hora, la cual fue algo mayor en el maremoto de Asia, calculada entre 450 y 500 km por hora”.
Según Aparicio, debemos estar preparados para recibir olas de hasta 13 metros en algunos puntos de Huelva (más cercana a la zona epicentral) y no más de siete metros en las costas de Cádiz, referencias que serían mucho menores si el terremoto se reduce en magnitud, lo cual no es mucho si lo comparamos con los doce o quince metros de muralla que tienen algunos lienzos de los que se rodea la ciudad de Cádiz o los más de 30 metros de altura que tienen algunos cabos como el de Roche. En Asia, la altura media de estas olas variaron entre los 7 y los 10 metros, calculándose en 17,5 metros las más altas.

El MAREMOTO, EN EL CARNAVAL

En 2001, el Coro La Gaditana, del compositor Julio Pardo, uno de los más laureados del Carnaval de Cádiz, dedicó este popurrí al maremoto de 1755.
“A pesar de hacer una tarde de sol, hermosa...de pronto, por La Caleta subían las olas, un maremoto llegó a Cádiz y La Viña empezó a correr...¡Ay Virgencita! ¡Salva a mi barrio...! gritaba el pueblo lleno de Fe..¡Cuida de este pueblo que aún tiene mucha historia que contar...!
Han puesto luces extraordinarias...vuelve a Cádiz el 3 x 4... tiene que nacer el Noly.. Virgencita te lo ruego...me han dicho que el amarillo es gloria bendita... Manolito Santander que venga al mundo...Mi Virgencita...al escuchar los compases de la falseta de nuestro tango ¡Salva al Coro de La Viña y al Colegio...Te rogamos!...
El agua ya se retira... secamos el barrio La Viña y aquí no ha pasao ná... échala pal mar..que mientras quitamos el agua, aquí se queda la sal, en sus gentes, y jamás se perderá...que ha de ser paraíso mi barrio para tener , aquí en Cádiz, las puertas del cielo...y en donde, todos unidos y con la Virgen,...ni siquiera el Mar ha vencido a los caleteros...”