Personalmente estoy hasta los cojones del ventilador de la mierda. Lo inventó un hijo de puta y todavía funciona. Alguien lo enciende de vez en cuando. Cuando las cosas van mal, las encuestas cuesta abajo y sin frenos, los ministros dignos se pelean con los desatinados, cada uno va por libre y todos nos preguntamos cómo diablos tenemos que a quien tenemos de dirigente, y los agujeros negros del 11M son cada vez más grandes, y barruntamos que lo del estatuto ya está hecho, van y reaparecen todos los fantasmas del cementerio, la ilusión de una tregua definitiva (lo siento Otegui, no pude encontrar tu libro en El Corte Inglés) el Prestige (la frase exacta, imbéciles, fue ¿"que lo lleven al quinto pino"?), la puta guerra de Irak, la puta Guerra Civil, Franco, las víctimas de un lado de la historia en suplementos nacionales, y la madre que los parió que no tiene culpa de nada, vive Dios.
Mira que son pesados con el ventilador de la mierda.Están creando, más unos que otros (es la verdad), un estado de cabreo general de alto voltaje, que igual termina con la gente pasando tres kilos de la política o saliendo a la calle para hacerles ver que en España estamos hasta los cojones. No quiero me crispen, quiero vivir en paz, con los que me quieren de verdad, no nos han dejado pasar un puente en condiciones. Pero de qué van toda esta gente iluminada. Nos van a cabrear de verdad. Ni siquiera leyendo todos los periódicos, escuchando todas las radios y sufriendo todas las televisones, me logro enterar de nada. A este paso, hasta los Papás Noel van a estar hasta los cojones. Al tiempo. La foto es de un blogger llamado Erik Jaeger. Y viene al pelo. ¿Quieres ampliarla?