Fernando Moraleda sale a escena. No tienen ustedes ni idea de lo que le gusta un micrófono, una entrevista y una cámara al actual secretario de Estado de Comunicación. Moraleda, hoy en Antena 3 Televisión, con Montserrat Domínguez, no ha estado ni gracioso, ni acertado ni sus comentarios que no contribuyen a engrasar la maquinaria de relaciones institucionales y políticas, es decir, a rebajar el nivel de crispación que todos elevan peligrosamente estos días. Ha insistido innecesariamente en que lo del "bobo solemne" es un insulto incalificable pero no considera insulto lo de "patriota de hojalata". Moraleda debería saber que su Gobierno representa a todos los españoles y que él no es el portavoz del PSOE sino del Gobierno de España. Esa confusión le llevará a la ruina política. Al tiempo.
Dicen que en Moncloa confían más en Moraleda que en Blanco para defender determinados asuntos. Pepiño (el partido) tiene demasiado poder y Moraleda, persona de absoluta confianza de ZP antes y ahora, tiene del campo abonado para lucirse, si no se pasa de listo. Los que le conocemos bien sabemos que es dado a las filtraciones y a confundir un buen periodista con un periodista idiota. Y también sabemos que su afán de protagonismo mediático, su voracidad junto a la tremenda capacidad de comunicación del aparato de Moncloa, pueden ser mortales de necesidad para quienes no comulguen con sus ideas. Antes, Moraleda miraba de frente, ahora -le he visto en A3TV- lo hace cada vez menos.