Los Hijos de Némesis
por JC
Hace mucho tiempo que conozco a Tomás Martínez, uno de los más veteranos redactores de Canal Sur TV en Cádiz. Por eso no alcanzo a entender el incidente que hoy ha tenido lugar durante la visita de Rajoy. Tomás no es un tipo fácil, y me importa un pimiento si le caigo bien o no, pero haría bien en aclarar lo que hoy le ha pasado y delimitar cuál ha sido su responsabilidad en la formulación de la pregunta que, insistentemente, intentaba hacer al presidente nacional del PP. Tengo un cierto aprecio por Tomás, pese a su carácter tan adusto, y me extraña su actitud, porque es fijo. Recuerdo una anécdota atribuida a un preboste de Prisa (aficionadillo, como yo, a los buenos vinos de Jerez) que en un almuerzo con gente de una emisora de provincias contaba chistes horrorosos que provocaban grandes carcajadas de los presentes. Un tipo, sentado al fondo, no se reía ni pa Dios. El preboste le preguntó por qué no se reía. El tipo, sin mover un músculo, le contestó: "Es que yo soy fijo". No hubo carcajadas. A buen entendedor...
Una vez estaba yo -mi madre fue testigo- junto a Felipe González, Manuel Chaves y Gaspar Zarrías. Fue en Castellar de la Frontera. Asistí a una rueda de prensa con González y Chaves en la que el primero, a preguntas mias, recomendó a Manolo que convocara elecciones autonómicas coincidiendo con las generales (y así fue), lo que chafó la pregunta del millón que Chaves llevaba esquivando desde hacía semanas. La cara de Don Manuel era un poema (sé, pardiez, que nunca trabajaré ni seré tertuliano de Canal Sur) y todos los periodistas me miraron como diciendo "pischa, que pelotazo".
Pero el renovado JJ Téllez (enhorabuena por lo de Vocento colegui) y yo nos lo pasamos de aúpa con González (hasta Rajoy reconoce que los otros socialistas no son estos), que no eludió ni una sola pregunta, por jodida que fuera. Yo le pregunté cómo se sentía allí sentado cuando su equipo de Interior estaba a punto de ser enviado a la cárcel (así fue). González me proporcionó, gracias a mi incómoda pregunta, uno de los mejores titulares de mi trabajo en el diario EL MUNDO DE ANDALUCÍA.
Pero es que González es González y estábamos en una rueda de prensa en condiciones. Lo que no conté nunca fueron los gestos de Zarrías indicando al de Canal Sur que hiciera alguna pregunta. Luego, en el corrillo socialista, un sociolisto ironizó sobre lo bien que me habían salido las preguntas a Felipe, insinuando que me las habían sugerido desde Madrid (menudo tonto). Yo le repliqué que de la misma forma que Zarrías llamaba todos los días a Canal Sur para hacer la escaleta. El aludido dijo que eso no era verdad. Yo le repliqué que tampoco lo otro, que las preguntas las hice sobre los grandes temas de actualidad nacional. Chaves terció y las aguas volvieron a su cauce. Son las cosas que pasan, Tomás. Las reglas del juego son las reglas del juego, político. Pero sin pasarse, compañero.
Hace poco, el conspicuo Rafael Román (el otro día le llamé para ver qué tenía decir a la sentencia de Osuna, no dijo nada y luego enviaron una nota de prensa, mú bonito Rafaé) se enfadó sobremanera por una pregunta incómoda, lo que recibió su inmediato apoyo mediático. Por lo que espero una reacción de la misma persona que brindó su apoyo a Rafaé, ahora con Rajoy. Los políticos están para aguantar preguntas incómodas y lo que sea necesario, pero dentro de un orden. Hoy, todos hemos sentido el incidente de Tomás, pero el pacto era esperar a la intervención de Rajoy "en abierto" en el Palacio de Congresos. La verdad es la verdad. Y siento ser tan incómodo.
Por cierto, pido disculpas por la ausencia de mi columna (que leen, lo siento baby, más personas que algunos diarios digitales), pero asuntos muy complicados me lo han impedido. No hay preguntas incómodas, sino periodistas incómodos. De esa forma, con jueces, policías, guardias civiles, aduaneros, sindicalistas, políticos y vecinos incómodos es como nos aseguramos de que la sociedad no se duerma en los laureles. "En calle hace frio", escuché el otro día. Pensé: "Si, lo he pasado, pero en la cárcel hace más". Que le pregunten a más de uno y una.