En ése orden, Miguel Flores Quirós "Capullo de Jerez", uno de los mejores cantaores de España, está en manos de la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 4 de Jerez, de los inspectores que han de interrogar (¿lo hicieron este fin de semana?) a testigos presenciales de los hechos acaecidos el sábado, y de la Prensa que con la información aportada por la mujer denunciante (relacionada con una persona con la que Capullo mantuvo un altercado horas antes) y la que se pudo conseguir de la Policía, ha ofrecido una imagen realmente dantesca de lo sucedido.
La carrera de un artista puro, que vive en la misma barriada a la que se mudó hace tantos años desde el barrio de Santiago, en la que conoció a Luisa, su mujer -con la que tiene cuatro hijos- y que sigue siendo festero y buena gente (celebró su festividad el pasado viernes), está en el alero. Y se impone, como en cualquier caso, un ejercicio de gran responsabilidad y equilibrio en este tema. Esta mañana he estado en La Asunción, hablando con testigos directos de los hechos, vecinos, amigos y familiares. He conocido la versión que no he llegado a leer hoy ni a escuchar, ni a ver. Y siento pena. Una cosa es una noticia sensacional y otra, bien distinta, es una noticia sensacionalista, asquerosamente amarilla.
Conviene, queridos compañeros, que abandonemos los despachos y salgamos a la puta calle, a ejercer el periodismo cívico, el que no tiene horas y supone un grave compromiso. Escribamos esta historia con gran cuidado, respeto a la verdad y, sobre todo, contándolo todo. De otra forma haremos daño para siempre a una persona. Y si llegáis a la conocer la intrahistoria, el pasmo será de aúpa. Mañana os espero, a las ocho, en la puerta de la Comisaría de Jerez. Es temprano, pero es periodismo de verdad. Pedro Pérez, letrado penalista y defensor de Miguel Flores "Capullo de Jerez" se lo llevará al Juzgado de Instrucción Número 4. Va a ser una mañana de nervios y emoción. Mientras, en La Asunción, los ánimos estan demasiado caldeados. Y hay preocupación, mucha, por el destino del cantaor. Luisa González, su esposa, a la que conoció en esa barriada, espera un ejercicio de buen periodismo hoy.
Lo que cuentan algunos sobre el asunto
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