La Isla de las Palomas, en Tarifa (Cádiz), se quedó vacia anoche, pero solo temporalmente, tras el traslado del último grupo de inmigrantes argelinos que llevaba casi un mes en ella, al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de La Piñera, de Algeciras, para ser puestos en libertad. Desde que fuera desafectada por parte del Ministerio de Defensa, no se ha podido articular un acuerdo entre el ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el Gobierno para darle el uso medioambiental y turístico que distintas voces vienen reclamando sin éxito. Lo que fue una medida transitoria adoptada durante el mandato de Aznar, ante las avalanchas del 2002, es ahora casi una prolongación del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Algeciras. Pero apenas se han producido protestas a este lado del Estrecho de Gibraltar.
El asunto fue comentado días atrás por el diario Europa Sur, pero no ha sido hasta ayer, en que EL MUNDO comenzó a hacer indagaciones en Tarifa (casualidades de la vida), cuando se activaron todas las alarmas. El parlamentario socialista José Luis Blanco se reunió con el alcalde, Miguel Manella, y todos se sumaron al clamor (algo amortiguado) de que un paraje tan especial como Las Palomas no reúne condiciones para seguir siendo un centro de internamiento de extranjeros. Rubalcaba debe estar preocupado porque hasta los suyos rechazan la cuestión. Juan Andrés Gil (en la foto) ex alcalde y portavoz municipal del PP, no se lo termina de creer, pero la isla se ha quedado vacia de inmigrantes. Lean hoy EL MUNDO.