El mundo celebra hoy el Día Internacional Contra la Corrupción, un fenómeno global. El Barómetro Global de la Corrupción 2006 publicado hoy por Transparency Internacional ofrece los resultados de cómo ven los españoles la corrupción, asunto muy presente en la actualidad nacional. En España sólo el 23 por ciento de los encuestados aprecia que el Gobierno es eficaz en luchar contra la corrupción. Un 36% cree es ineficaz, un 13% que es muy ineficaz y 10% cree que incluso la fomenta. Por sectores y del 1 al 5, los españoles opinan que partidos políticos (3,9), negocios del sector privado (3,7) y medios de comunicación (3,4) son los sectores más corruptos. Al menos, solo el 2% de los encuestados admite que alguien cercano ha pagado algún tipo de soborno. Los españoles están muy preocupados por el impacto que la corrupción tiene sobre la vida política y los negocios en nuestro país.
En todos los países las personas perciben la corrupción como un problema muy importante. Aunque se observan diferencias entre países sobre la medida en que se sufre la corrupción en la vida cotidiana, existe la percepción generalizada de que los poderes que se confieren a las instituciones para representar el interés público, de hecho, se utilizan en beneficio propio. Cada día millones de personas de todo el mundo, también en España, se enfrentan a la corrupción y quieren que sus gobiernos actúen inmediatamente para detenerla. Ésta es la tajante conclusión a la que ha llegado el Barómetro Global de la Corrupción 2006 publicado hoy por Transparency Internacional. El efecto de la corrupción es devastador sobre personas, economías, genera desilusión y es capaz de cambiar gobiernos. Todo empieza con un pequeño soborno, a partir de ahí, la cadena se hace mayor cada día.
(Bájate el informe y flipa en colorines...)
El Barómetro 2006, una encuesta de opinión pública que efectúa Gallup Internacional por encargo de Transparency International, muestra el alcance de la corrupción desde el punto de vista de ciudadanos comunes de todo el mundo. Analiza el campo de los pequeños sobornos mucho más a fondo que nunca, resalta las experiencias individuales de sobornos e identifica los sectores más afectados por la corrupción, su frecuencia y el precio que tiene que pagar la población. “Esta encuesta a escala mundial indica que la corrupción tiene repercusiones espectaculares sobre las vidas de las personas. Resulta imposible ignorarla”, dice Huguette Labelle, Presidenta de Transparency International. “Cuando un servicio básico como la electricidad es negada a los pobres sencillamente porque no se pueden permitir un pequeño soborno y el hogar se queda sin luz ni calor para abrigar a los niños, el
Gobierno no puede escaparse ante su responsabilidad de actuar”.
La ONU es la clave
La Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción y los resultados obtenidos en otros sondeos de corrupción, proporciona a los gobiernos una orientación clara y ámbitos concretos de mejora para corregir las preocupaciones que los ciudadanos han expresado con tanta claridad en el Barómetro Global de la Corrupción. Los países partícipes de la Convención se reunirán en la Conferencia de las Partes en Jordania del 10 al 14 de este mes de diciembre para decidir el destino del único instrumento jurídico global en la lucha contra la corrupción. Decidirán cuánto dinero se destina al seguimiento de su implementación y cómo asegurar el cumplimiento de un acuerdo tan importante.
La mayoría de los encuestados guardan una mala opinión de los esfuerzos que sus gobiernos destinan a la lucha contra la corrupción. El 69 por ciento afirma que sus gobiernos no son eficaces ante esta lucha, que no hacen lo más mínimo por erradicarla o que, en realidad, fomentan la corrupción. Tan solo un 22 por ciento considera que las acciones de sus gobiernos son “eficaces” o “muy eficaces”.
Por regiones, el 42 por ciento de los europeos y el 50 por ciento de los norteamericanos creen que sus gobiernos no son eficaces; un 19 por ciento de los norteamericanos, un 15 por ciento de los asiáticos y un 23 por ciento de los latinoamericanos afirman que sus gobiernos, en realidad, fomentan la corrupción. En cambio, muchos de los encuestados africanos se mostraron más positivos, a pesar de que sus opiniones acerca de las acciones contra la corrupción son mucho más diversas.
Sobornos a cambio de servicios públicos básicos
El Barómetro preguntó a los encuestados por los sobornos que habían pagado vinculados a los servicios públicos. Resultado: la policía es la institución que más sobornos recibe en todo el mundo. En Latinoamérica, por ejemplo, cerca de uno de cada tres encuestados que tuvo contacto con la policía terminó pagando un soborno. Este dato nos indica que las herramientas de aplicación de la ley se han visto entorpecidos por la corrupción, con el poder judicial ocupando la tercera posición en cuanto al grado de corrupción.
“Los ciudadanos dependen de la policía para que les proteja, y de los jueces y el poder judicial para que castigue a los delincuentes. Cuando sus guardianes están en venta, hay quienes pierden la fe y hay quienes toman la justicia en sus propias manos”, agregó Labelle. Los sobornos para poder tener acceso a servicios son más comunes en África. Las inscripciones y permisos se quedan con los sobornos más elevados —con una media que supera los 50 euros. Los sobornos a empresas de suministros ascienden a un promedio mucho menor: 6 euros que por poco que parezcan es una cantidad suficiente como para situar la electricidad y otros servicios vitales lejos del alcance de algunos de los ciudadanos más pobres del continente. “Los ciudadanos terminan siendo víctimas de este círculo vicioso de corrupción,” sostuvo Labelle.
En otras regiones más favorecidas como pueden ser Norteamérica y Europa Occidental, el Barómetro indica que la preocupación por una corrupción en los niveles superiores está a la orden del día a pesar de la escasa experiencia personal de sobornos a cambio de servicios. A pesar de la falta de experiencia cotidiana en el pago de sobornos, los encuestados de Norteamérica creen que el ámbito empresarial (85 por ciento) y la vida política (89 por ciento) se ven afectados por la corrupción de forma moderada o acusada.
Los partidos políticos nuevamente considerados los más corruptos
Los ciudadanos comunes perciben a los partidos políticos, en general, como la institución más afectada por la corrupción, seguida de los parlamentos o el poder legislativo y el sector empresarial. Pese a estar a la cabeza del cobro de sobornos, la policía es percibida por ciudadanos como la cuarta institución más corrupta.
“La corrupción se ha infiltrado en la vida pública y se ha acomodado en ella,” observa Robin Hodess, Directora de Política e Investigación de Transparency International. “El legislativo se elige con una misión valiosísima: situar el interés de sus ciudadanos por encima del propio. El Barómetro demuestra que esta confianza está siendo abusada con un coste muy alto para la legitimidad de los cargos elegidos en muchos países. El proceso democrático está en entredicho si no se hace toma en serio esta advertencia”.