Recuerdo que un día, caminando por la barriada jerezana de Madre de Dios, hace bastantes años, tuve la impresión de que Antonio Sanz haría carrera política. Los dos hablábamos antes más que ahora, que está en la cumbre. Con las de cosas que sabemos ambos, Antoñito. La madurez, hijo. Otros acaban de llegar a esta historia de políticos y perodistas. No suelo equivocarme en mis predicciones sobre otros, excepto cuando versan sobre mí. Lamentablemente, en el PP, si algo tienen, es que no cuidan a los suyos, nada comparable al PSOE que, como los marines norteamericanos, no dejan heridos ni muertos en el campo de la batalla política para que no caigan en manos de las aves carroñeras. Y lo que nunca han de dejar unos y otros es a resentidos y cabreados por el camino. Esos igual forman un sindicato y se lanzan al ruedo dando mandobles. Sanz es un buen candidato, sabe lo suficiente, dicen que maneja información confidencial que no siempre ve luego la luz y esquiva balones muy comprometidos con un estilo que igual lo ficha el Xerez, muy necesitao. Pero lo que me resisto a creer es que sea un cobarde, que no tenga reaños para poner a algún petimetre de gimnasio en su sitio, es decir, en la puta calle. Creo que aunque está algo acostumbradillo al coche oficial semiblindado, es un político bregado en la pelea...Y que de momento se va a quedar en Andalucía. De lo que estoy seguro es de que Sanz va a batirse el cobre, a pie de calle, y erigiéndose, por su doble rol de candidato y secretario general del PP andaluz, en un referente informativo de primer nivel para su partido. Es un peso pesado y dará juego, mucho juego, pero sin petimetres Antoñito, por favor. Ahí lo tienen, por las calles de Cádiz, con el abogado y responsable provincial José Loaiza. Chaves sabe que la batalla no está ganada, el problema está en si se refiere a la de Andalucía o la de nuestra maltratada España.