Fernando Santiago, jefe del servicio de vídeo de la Diputación de Cádiz (la jefa de prensa es Ana Barceló) y presidente -con apoyo parcial en la actualidad- de la Federación Andaluza de Asociaciones de la Prensa, y columnista de EL PAÍS, debe presentar su dimisión como representante de los periodistas andaluces para, de esa forma, poder expresarse a sus anchas, a diestro y siniestro, sin mayores problemas que los derivados de los límites establecidos por el vigente Código Penal. Hoy, en su columna del rotativo de Prisa (ver), realiza una torticera defensa de la ministra más discutida de los últimos años: Magdalena Álvarez. Y acusa a dos presidentes de cajas sevillanas que "decidieron participar en una conspiración con el PP y un periódico campeón de las conspiraciones y las mentiras". A buen entendedor pocas palabras bastan. Se refiere a EL MUNDO. Siento no poder ofrecerles la entrevista que hoy, ese mismo rotativo, ofrece a sus lectores con Nani Carvajal, presidenta de la Asociación de la Prensa de Sevilla, profesional que podría y debería ya ocupar en breve el puesto del discutido Santiago. Hay que guardar las formas o, simplemente, salirte de ese puesto y situarte en la arena para batirte con quien sea menester. Eso es, Santiago. Lo que pasa es que aún no te has encontrado con la horma mediática de tu zapato. Salud y libertad, compañero.
(La viñeta es del blog Canalsu)