Aún conservo un cartel, con casilleros para rellenar, que me dió un oficial francés en Mostar, cuando Pepe Ferrer y yo decidimos que no teníamos otra cosa mejor que hacer que viajar a Bosnia-Herzegovina para comprobar que los horrores de la guerra son más si cabe cuando los percibes bajo los pies, en tu corazón. Fue en 1998, dos años antes de la fecha en la que transcurre la acción de La sombra del cazador. Mentiría si os dijera que aquello no nos causó una impresión que nunca olvidaremos (a ver si Pepe se acuerda y me pasa las fotos de aquellos días). Aquel cartel que me dió el oficial francés que nos acreditó era el de los criminales de guerra más buscados, genocidas que aún campan por sus respetos quién sabe donde. Lo guardo, igual que la vaina de una bala perforadora, que un artesano nos vendió como souvenir. Hoy he visto La sombra del cazador. La historia está ambientada en la post guerra de Bosnia y muchos de los elementos de su guión, aunque se piensen que son ficticios, realmente son hechos que han ocurrido en la realidad. Con un guión inteligente y divertido, este film narra la historia de cinco corresponsales de guerra que una vez finalizada deciden ir a la caza y captura del criminal más buscado en toda Bosnia, Radovan Karadzic, aunque en ningún momento de la trama se lo nombra por su verdadero nombre, porque en la película es concebido como un personaje de ficción. Esta película no pretende, en ningún momento, ser un documental pero, sin lugar a dudas, muestra como personas comunes y corrientes pusieron más empeño en buscar a uno de los peores criminales de guerra, en lugar de las autoridades internacionales. "Porque vivir el peligro es vivir de verdad, lo demás es televisión", dice Richard Gere en un momento dado...Creo que la peli os gustará.