Luis Pizarro, el number two de los socialistas andaluces, puede ser de todo, menos idiota. Haciendo gala de una fina percepción de la calidad política de la paisana Magdalena Álvarez, actual ministra de Fomento, quiere que repita en esta responsabilidad si el PSOE gana las elecciones generales del próximo 9 de marzo porque considera que "ha hecho un magnífico trabajo tanto en el conjunto de España como en Andalucía" a pesar de haber sido "agredida e injustamente tratada por la derecha de Madrid y el nacionalismo catalán más y menos radical". Esta última afirmación me deja perplejo, la verdad, eso del "más o menos". La entrevista concedida a Europa Press por el secretario de Organización del PSOE-A, Luis Pizarro, deja claro que, aunque la decisión final sobre el titular del Ministerio de Fomento "corresponde indudablemente al presidente del Gobierno", le "gustaría que fuera Magdalena Álvarez porque creo que ha hecho un buen trabajo a nivel de España y a nivel de Andalucía". Fino, lo que se dice fino, no es mucho, porque Pizarro es algo rudillo en sus comentarios. A mi modesto entender -nunca alcanzaré las cotas intelectuales y políticas de Pizarro, verdadero prohombre del pensamiento socialista andaluz del nuevo siglo- lo que se ha querido dar a entender es que una vez que le encasquetamos a ZP a Doña Magdalena, que le se vaya quitando de la cabeza volver a Andalucía, ni al partido ni al Consejo de Gobierno, donde quien probablemente entrará como consejero -eso me han contado hoy- es el propio Pizarro, además del actual secretario de Comunicación, el periodista Miguel Ángel Vázquez. (La viñeta es de Canasú)