Fue hace cuatro años y mi corazón se resiente al recordarlo, me duele el alma, y no dejado de sentir rabia ni un solo momento porque en el fondo la sentencia del 11-M no ha satisfecho mis dudas legítimas. Yo no le he dado carpetazo y lo siento por los maricomplejines que lo han hecho. Algún día un servicio secreto hará aguas y nos enteraremos de muchas cosas. Hoy escucho que no ha sonado -por segundo año consecutivo- el himno de España en el acto de homenaje a las víctimas, en el que se han visto las caras el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, tras las elecciones generales. El acto, que ha durado apenas diez minutos, ha sido solemne y austero y en él no se ha pronunciado ningún discurso. Da la impresión de que había prisa. O no. La esposa del presidente del Gobierno, Sonsoles Espinosa, ha formado parte del coro de la capilla real que ha interpretado la pieza "Da pacem domine", inspirada en los atentados del 11-M. No he estado, pero he dedicado hoy el mejor de mis pensamientos a ellos y sus familias. Telecinco tiene colgada la sentencia en su web (en pdf). Zapatero ya ha disipado todas las dudas sobre su futuro político, pero le queda el 11-M, todos esperamos noticias, las habrá.