Este blog no tiene patria. Como su autor. Mi patria está en mi familia, en el corazón de mis amigos -pocos, los justos- en el alma viajera, en los compañeros de verdad. Mi patria es el mundo, es la libertad de escribir lo que se ha de escribir. Y no pienso renunciar a ella. Ser un patriota es asumir lo mejor que tienen fuera, rechazar lo malo, abominar de ello. Pelear por quienes merecen la pena, aunque la pena te ahogue, no desfallecer cuando parece que el mundo se va a venir encima, confiar en que sabe lo que tiene saber el que lo sabe todo. Y sobre todo nunca dejar de amar, de alzar el cuello por encima de la miseria que nos inunda, extender la mano siempre, no fallar a quienes te han brindado su confianza. Por eso, no soy un patriota, como ellos, esos a los que no dedico este comentario antes del 9M.