Juan Clavero y Antonio Figueroa, de Ecogistas en Acción, me cuentan:
"La Sierra de Cádiz afronta un verano con amenaza de restricciones a causa de la sequía. Pese a contar con importantes reservas y escasa población, llama la atención que en esta comarca haya problemas de abastecimiento que van camino de ser crónicos. Si el año hidrológico es bueno no hay problemas, pero si no lo es, entonces aparecen las restricciones. Se puede hablar de varios tipos de sequía; coyuntural, cuando las lluvias son escasas y se resiente el campo, los cultivos, los ríos…; y estructural, cuando no hay agua en los embalses y los acuíferos está por debajo de su capacidad de explotación, o cuando se consume más agua de la que hay. En el caso de la Sierra de Cádiz, este año se han entrecruzado los dos tipos, falta de lluvias y consumo por encima de las disponibilidades. Estas restricciones afectan o pueden afectar a diez pueblos: Puerto Serrano, Prado del Rey, Bornos, Villamartín, Ubrique, El Gastor, Zahara de la Sierra, Grazalema, Villaluenga y Benaocaz.
La causa de esta paradójica situación –la Sierra de Cádiz es el sitio que más llueve de España y algunos de estos pueblos están a orillas de pantanos- está, además de en la falta de lluvias, en el uso descontrolado, y a veces ilegal, del agua en la Sierra de Cádiz. El mal uso de las reservas subterráneas en los últimos tiempos, especialmente en Villamartín, Puerto Serrano y Arcos de la Frontera, ha hecho mermar la cantidad y calidad del recurso disponible, disminuyendo la capacidad para afrontar periodos de escasez. Además, los pueblos de la sierra han experimentado un notable crecimiento urbanístico ligado a la segunda residencia, muchas de ellas con piscinas, que hace que la población flotante en periodo de vacaciones aumente notablemente, con el consiguiente incremento del consumo de agua. Así, el crecimiento incontrolado del “diseminado rural” en estos municipios y los pinchazos fraudulentos de muchos cultivos de regadío han mermado las aguas subterránea de la sierra, y cuando aparece el fenómeno recurrente de la sequía, afloran los problemas de abastecimiento.
Si un año de sequía ha creado esta alarmante situación, ¿qué pasará si se repite la sequía del 90-95? Con el cambio climático todos los expertos auguran una disminución de los recursos hídricos, por lo que es una increíble irresponsabilidad seguir aprobando urbanizaciones turísticas y campos de golf como si el agua fuera infinita. Hay que recordar que este tipo de modelos urbanos consumen más agua (más zonas ajardinadas, piscinas, pistas deportivas, etc.) que el modelo tradicional de asentamiento de los pueblos de la sierra, por lo que entran en conflicto con un medio en donde el agua es un bien escaso.
Paradigmático es el caso de Prado del Rey, donde el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía han aprobado un PGOU que triplica la superficie urbanizable, con campo de golf incluido, que supondrá duplicar el consumo de agua; mientras, ¡el pueblo lleva seis meses de restricciones! La Agencia Andaluza del Agua, en un informe claramente fraudulento, aseguró que Prado tenía agua para este crecimiento urbanístico y el campo de golf. El primer campo de golf de la sierra, Arcos Garden, usa de forma irregular agua del acuífero Arcos-Bornos-Espera, que se encuentra sobreexplotado, y pese a que ha sido denunciado por Ecologistas en Acción hace ya cuatro años a la antigua Confederación Hidrográfica –ahora Agencia Andaluza del Agua- y a la Consejería de Medio Ambiente, a día de hoy seguimos sin respuesta. ¡Para esto quiere la Junta de Andalucía las competencias sobre el agua! Además, este caso clama al cielo cuando resulta que, para garantizar la seguridad del abastecimiento a Arcos, la Agencia Andaluza del Agua se va hacer un nuevo sondeo en ese acuífero ya sobreexplotado. Llegados a este caso, el mejor sondeo que pueden hacer el cerrar los pozos que tiene el campo de golf y obligarle a regar con el agua de la depuradora de Arcos, que además es lo que están obligados a hacer según uno de los condicionantes de la Declaración de Impacto Ambiental.
Ante esta situación desde Ecologistas en Acción volvemos a exigir que se paralicen los planes urbanísticos que prevean desarrollos urbanísticos que puedan comprometer el futuro del abastecimiento en la sierra y que puedan aumentar la presión sobre la calidad y cantidad de los recursos y sobre los ecosistemas acuáticos. Los nuevos desarrollos urbanísticos deberán justificar que poseen agua para satisfacer las demandas, tal como les exige la última modificación de la Ley de Aguas y el POTA, y si en la actualidad difícilmente se cubren las necesidades de los municipios de la comarca, será imposible dar cobertura a los nuevos desarrollos que se basan en más viviendas secundarios y en campos de golf. Es por ello que exigimos a la Agencia Andaluza del Agua mayor seriedad y rigor, y que en los sucesivos informes certifique la situación de escasez de recursos en la sierra. Igualmente, exigimos que se denieguen nuevos proyectos de campos de golf en la Sierra de Cádiz, y se ponga fin a esta actividad económica tan derrochadora de agua y que conlleva tantos impactos ecológicos, ambientales, sociales y territoriales.
Si un año de sequía ha creado esta alarmante situación, ¿qué pasará si se repite la sequía del 90-95? Con el cambio climático todos los expertos auguran una disminución de los recursos hídricos, por lo que es una increíble irresponsabilidad seguir aprobando urbanizaciones turísticas y campos de golf como si el agua fuera infinita. Hay que recordar que este tipo de modelos urbanos consumen más agua (más zonas ajardinadas, piscinas, pistas deportivas, etc.) que el modelo tradicional de asentamiento de los pueblos de la sierra, por lo que entran en conflicto con un medio en donde el agua es un bien escaso.
Paradigmático es el caso de Prado del Rey, donde el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía han aprobado un PGOU que triplica la superficie urbanizable, con campo de golf incluido, que supondrá duplicar el consumo de agua; mientras, ¡el pueblo lleva seis meses de restricciones! La Agencia Andaluza del Agua, en un informe claramente fraudulento, aseguró que Prado tenía agua para este crecimiento urbanístico y el campo de golf. El primer campo de golf de la sierra, Arcos Garden, usa de forma irregular agua del acuífero Arcos-Bornos-Espera, que se encuentra sobreexplotado, y pese a que ha sido denunciado por Ecologistas en Acción hace ya cuatro años a la antigua Confederación Hidrográfica –ahora Agencia Andaluza del Agua- y a la Consejería de Medio Ambiente, a día de hoy seguimos sin respuesta. ¡Para esto quiere la Junta de Andalucía las competencias sobre el agua! Además, este caso clama al cielo cuando resulta que, para garantizar la seguridad del abastecimiento a Arcos, la Agencia Andaluza del Agua se va hacer un nuevo sondeo en ese acuífero ya sobreexplotado. Llegados a este caso, el mejor sondeo que pueden hacer el cerrar los pozos que tiene el campo de golf y obligarle a regar con el agua de la depuradora de Arcos, que además es lo que están obligados a hacer según uno de los condicionantes de la Declaración de Impacto Ambiental.
Ante esta situación desde Ecologistas en Acción volvemos a exigir que se paralicen los planes urbanísticos que prevean desarrollos urbanísticos que puedan comprometer el futuro del abastecimiento en la sierra y que puedan aumentar la presión sobre la calidad y cantidad de los recursos y sobre los ecosistemas acuáticos. Los nuevos desarrollos urbanísticos deberán justificar que poseen agua para satisfacer las demandas, tal como les exige la última modificación de la Ley de Aguas y el POTA, y si en la actualidad difícilmente se cubren las necesidades de los municipios de la comarca, será imposible dar cobertura a los nuevos desarrollos que se basan en más viviendas secundarios y en campos de golf. Es por ello que exigimos a la Agencia Andaluza del Agua mayor seriedad y rigor, y que en los sucesivos informes certifique la situación de escasez de recursos en la sierra. Igualmente, exigimos que se denieguen nuevos proyectos de campos de golf en la Sierra de Cádiz, y se ponga fin a esta actividad económica tan derrochadora de agua y que conlleva tantos impactos ecológicos, ambientales, sociales y territoriales.