Pilar Sánchez tiene algunas semanas por delante para dar un giro radical a sus relaciones con los 'otros' sectores del PSOE, para replantearse su política general de comunicación (no es una crítica a los compañeros, ojito), su vida pública, la imagen que perciben los jerezanos y jerezanas de su alcaldesa, la necesidad de aportar más pluralidad en los medios de comunicación públicos, su hoja de ruta con las administraciones (usando más a sus compañeros que presumen estar al ladito mismo de ZP), de estructurar las relaciones con los medios de comunicación privados, rentabilizar de una vez por todas el enorme aparato mediático de las delegaciones (que no funciona de forma coordinada como una redacción virtual), de salir a la calle con zapatos de veinticuatro horas (ella y el resto de los que le han tomado gusto a los despachos), de dejar claro que es la alcaldesa a propios y extraños pero sin imposiciones, de abrirse más a la sociedad jerezana que no vota al PSOE o que vota lo que le da la gana, de darse unas pequeñas vacaciones para pensar todo esto, de cumplir las promesas que va haciendo a diestro y siniestro (algo en lo que Javier Arenas es también un 'campeón'), de completar sin miedos su lista de asesores, de aplicar la ley de grandes ciudades, de rehacer las relaciones con Chaves que ni está tan fuerte (pese a la aparente borrachera de éxitos) ni tiene tan claro que pueda ganar holgadamente en las próximas autonómicas. Pilar tiene que marcar a Paco Cabaña y recomendarle que se desprenda de amistades peligrosas y viejos intereses con otros partidos, de planificar claramente la asamblea del PSOE jerezano de octubre, sobre la que hoy especula el periodista local Carlos Piedras, de no creer a los pelotaris profesionales que le dicen lo guapa que está, lo bien que le siente el modelo del día y lo malos que son en la oposición. No espero que me mande un jamón por Navidad (tendría que donarlo a una entidad benéfica, algo que aprendí en El País, cuando era El País). Espero que, al menos, ya que suele leer este blog, tenga en cuenta esta opinión. Y que se tome más tintos, cervecitas y lo que se encarte con todos los vecinos que, un día, decidimos que ya estaba bien de tanto pachequismo en Jerez. Pilar tiene que cambiar y pronto si no quiere tener un Octubre Rojo. "Algunas decisiones terminan arrastrándote...", dicen los otros que le dijo un poderoso cargo socialista a Pilar Sánchez. La actual alcaldesa despertó grandes expectativas, ahora no puede fallar a tantos. Dicen que las personas que triunfan son aquellas que hacen lo que piensan, y lo que piensan no lo dicen. Las que fracasan son las que dicen lo que piensan y lo que piensan no lo hacen. Si es necesario, volver a leerlo. Pero hay que aprender de los errores. Y una cosa, para tanto malpensado que hay por ahí, soy la persona que menos habla con esta alcaldesa, ni siquiera tengo su teléfono móvil ni aspiro a ser, como alguno, su ideólogo de cabecera. Pobre iluso. Solo escribo libremente sobre lo que me parece oportuno (ya sé, un lujo peligroso). Si le gusta, bien y si no, con cambiar de blog o no leerlo tiene suficiente. Pero sentiría que perdiera esta batalla de estrategia política y mediática. La profesora Sánchez debe replantearse muchas cuestiones. Hace frio ahí fuera.