4 ago 2008

El "Pacto por Chiclana" (1): donde nada es lo que parece



Comienzo hoy una serie de cinco comentarios sobre lo que es y será el futuro Pacto por Chiclana. Leen bien, "lo que es y será". De entrada Chaves y Valderas tienen un gravísimo problema con Chiclana, más serio de lo que creen y más fácil de resolver quizás de lo que le cuentan los segundos y terceros niveles de sus partidos, más centrados quizás en otros intereses que los de salvar los muebles y salvaguardar el futuro de una ciudad que ha sido clave en el socialismo andaluz, en muchos aspectos. Los problemas políticos de Chaves y Valderas se llaman José María Román -absolutamente obsesionado en ser alcalde a toda costa- y Nadine Fernández -una edil con ambiciones políticas desmedidas que ha hecho saltar todas las alarmas políticas- y esos son los obstáculos para que PSOE e IU-CA puedan formar gobierno en Chiclana, amén de garantizar la continuidad digna y sus competencias a los dos ediles actuales de IU en el gobierno cuatripartito, uno de los cuales, José Pedro Butrón, ha hecho gala de una paciencia infinita con el 'independiente' Ernesto Marín y el voraz PP chiclanero, cuya amnesia en determinados temas clama al cielo, como el hecho de que no se haya creado ni una sola comisión de investigación. Butrón ha demostrado sobradamente su talante con el, dicen, vociferante Ernesto Marín.
¿Solución 1?
Veamos. La primera solución para lograr que continúe el actual Pacto por Chiclana es que Marín se vaya con viento fresco y siga con sus aventuras empresariales (por cierto, ¿qué fue de su expediente por lo de la nave?) y deje que corra la lista. El alcalde sería un veterano militante popular, Nicolás Aragón (segundo teniente de alcalde), legitimado por sus actuaciones y, comentan, un poco harto del mal estilo político interno del fabricante de muñecas. Butrón seguiría como primer teniente de alcalde y la inquieta funcionaria María de los Ángeles Polanco (PSA) lograría lo que anhela y no le da Marín, incluso asesores a discreción. El PA, más serios, probablemente avanzaría en competencias. La solución 1 es la que viene bien al PP, pero se duda de la capacidad de Antonio Sanz (uno de los padrinos políticos del engendro de pacto) y de su lugarteniente José Loaiza (quien, al parecer, en privado ya da por hecho que el PSOE se haría con el poder chiclanero). Ambos tienen que convencer a Marín para que se vaya o haga un propósito de enmienda creíble. Según se dice por los pasillos, los gritos de Marín en las reuniones del equipo de gobierno son antológicos. Preludio de la hecatombe.
Los ex alcaldes mediadores
Por su parte, ex alcaldes con peso actual en el PSOE, Manuel Jiménez-Barrios (Chiqui de Chiclana) y José de Mier-Guerra (menudo marrón eso del hospital y el concurso ¿no?) hacen sus intentos para reventar el actual pacto cuatripartito y convencer a los dos ediles claves de IU (son de la coalición porque no han sido expulsados y asisten a sus asambleas). El primero tuvo un encuentro en un hotel jerezano con Butrón que fue un fracaso (y terminó filtrándose en plan cotilleo barato) y el segundo aprovecha su excelente relación con Marín. En los mentideros socialistas se rumorea que hasta le hizo creer que el PSOE no iba mover ficha y lo iba dejar gobernar tan pancho. Marín se lo creyó.
José María Román no lo entiende
Y luego está el ex regidor socialista y edil José María Román, obsesivamente centrado en volver a ser alcalde. No termina de entender que él es una parte esencial del problema. Que es uno de los actores que ha de cambiarse. José María Román sabe mucho, en todos los sentidos. Y dejar de ser alcalde como lo ha dejado de ser debe ser durillo de asimilar. Por su parte, Diego Valderas, un líder político andaluz en caída libre, sabe que los ediles de IU-CA en Chiclana, los dos declarados tránsfugas, son los más fieles al decálogo por la regeneración suscrito al comienzo del mandato chiclanero. Es lógico que este fin de semana declarara que en su formación "no vamos a pasar por ningún tipo de acuerdo que no sea responder al mensaje que mandó la ciudadanía en Chiclana y que es la necesidad de determinados cambios políticos y personales". ¿A qué cambios personales se refiere Valderas? ¿Por qué no dice claro que no quieren a José María Román como alcalde? ¿Y que tratan de convencer a diario a Butrón que vuelva al redil y que Roldán y Barroso negocien todo en su nombre en la acogedora mesa de Paco Cabaña en Benalup? Desde luego, pese a esa componenda que ha pacificado el partido y su éxito incuestionable, Cabaña sabe que Butrón no es el problema. Es más, con todo la información que ha acumulado sobre cómo funcionaba el Ayuntamiento de Chiclana años atrás, Butrón es más 'peligroso' políticamente fuera que dentro de un gobierno de progreso. Y que, durante tres años, previa operación fina y elegante, hasta podría ser el cartel socialista (creo que me he pasado con esta especulación). Lo dicho, nada es lo que parece. Ni nadie.
Las comisiones
El periodista Enrique Montiel, bien informado, liberal intuitivo, escribe desde su atalaya del Diario de Cádiz: "Me dicen que el odio fue el motor de Butrón, y la ambición lo fue en el caso portuense. Lo cierto es que ha pasado un año y Butrón no acaba de sacar los papeles tronantes que creo recordar decía poseer. Un gran error, si los hay. Un fiasco, si no los hubo nunca. Y mientras tanto, ahora, llega la comisión del tránsfuga (¿suena raro, no creen?) y dictamina que, en estos casos, sí lo hubo. Tránsfugas. Pero no hay una ley que determine nada, no hay un mecanismo de expulsión automática, por ejemplo. Ni un catálogo de sanciones. Como siempre se dijo en España: si quieres que algo no funcione, crea una Comisión". Lo que mi fino amigo Montiel no dice del todo es que quien no ha "sacado los papeles" es alcalde, del PP, Ernesto Marín, al que corresponde la iniciativa. ¿Por qué no lo ha hecho?
Einnn... Pepe Loaiza y su inseparable secretario general, Daniel Nieto, han dado hoy una rueda de prensa en la que asegura que mantendrá los pactos que hizo en Chiclana "con partidos políticos" y sus "asambleas locales". Dice Loaiza que el PSOE es "especialista en comprar gobiernos", con comillas y sin comillas y recordó el episodio de Sanlúcar (imagino que igual se refiere al caso Cunete). "Tan tránsfuga es el señor Butrón como la señora Nadine". Loaiza le recordó a Juan Román que Cabaña gobernó en su momento la Diputación con "un condenado" (Hernán Díaz) y un "tránsfuga" (Hermenegildo González, que dejó el PA) y que "echaron al señor De Bernardo, asi que lecciones de transfuguismo del señor Román, ninguna". Loaiza restó crédito a los acuerdos de la Mesa Antitransfuguismo, y afirmó que gobiernan en Chiclana "tranquilos". Y que "si hacen la moción de censura, la acataremos...".
(Mañana: "Polanco no quiere irse sola...")

PD: Hay dirigentes populares y socialistas que se están acostumbrando al cambio de cromos -lo que a veces incluye a personas, tristemente- y eso tiene que saberse, y Chiclana no es una excepción. Ni mucho menos. Pero eso no significa que esos dirigentes representen los intereses del PP y el PSOE. No.