Anoche pasamos un buen rato con Manolo de la Peña, hoy asesor del grupo Joly y antes director de Diario de Jerez y luego Diario de Cádiz. En torno a unas cervezas bien frias, entre periodistas, fue una gozada escuchar a Manolo, que fue mi director al final de la década de los ochenta, cuando Diario de Jerez protagonizaba momentos casi épicos en el periodismo jerezano. Manolo, siempre se lo digo, nos tiene esperando a su columna toda una semana y, dados los tiempos que corren ya es hora que tenga un blog metropolitano, donde deje caer, ya sea desde Atlanterra o El Bosque (la urbanización), todo lo que sabe que debería contar. Manolo siempre dio la cara por mí, ante quien fuera necesario, lo que no olvido. El azar nos separó, pero sepan que Manolo de la Peña no dejó nunca tirados a los suyos, no como otros aprendices de directores (el norteño cobarde), que ni siquiera llaman a sus compañeros tras 25 años de profesión el día del despido. La renovación de la Asociación de la Prensa de Jerez ya se intentó en aquellos tiempos de Daroca y Falcón. Menudo episodio. Estos son otros tiempos y quienes esten ahora, tras las elecciones, al frente de la asociación, tienen que ser personas con las ideas claras, las manos libres y la mente abierta a la transformación de los medios. Lo que no es de recibo es que personas que no han hecho nada en todos estos años enarbolen banderas que no les corresponden. Hechos y no palabras, a no ser que haya una operación sindical y yo no me haya dado cuenta, que puede ser. Los sindicatos tienen su papel y nosotros el nuestro, ojito con las manipulaciones, que todo se termina sabiendo al final. En la foto, de la redacción del Diario de Jerez, estoy al fondo, detrás del ordenador, como Paco Aguilar, Manolo Barea, Tily Santiago, Antonio Arias, Manolo Liaño, Jaro y mi apreciado Juan Pedro Simo. Trabajábamos muy duro, pero lo pasábamos de fábula, haciendo lo que más nos gusta: periodismo valiente y serio.