Arrastro más sueño, pero soy más feliz. No es que esté más cansado, es que el calor pegajoso, el levante, me pone de los nervios. Mañana me llevo un bañador a Cádiz para darme el primer chapuzón del año. Es fiesta en Sevilla, el Corpus, y todo quisque va a huir, lo presiento. Y este fin de semana tengo lo del Xerez, con un par oiga. Llevamos de coitus interruptus jerezano dos putas semanas y me toca las narices tanta espera. Y a la alcaldesa, conociéndola.
Hoy me encontrado con mi amigo Pepe Ávalos y hemos sido testigos de uno de esos momentos en los que la realidad te aplasta, la verdad desnuda en la voz de una buena familia, una familia buena. Y eso me ha dejado ko para toda la tarde. Nada que no arregle un buen Jack Daniels con musssssho hielo.
Y un buen rock, como el que te brindo, que pinchaba a gusto en los setenta, en aquella Ser de la calle Caracuel. The Rolling Stones, para gritar y 'cagarme' en la mare que parió al jilipollas tontoelhaba que esta mañana, en un Passat, me puteó sin justificación alguna en la autopista a Cádiz. Mi Honda se cabreó por mí y lo dejé bien atrás (gracias a Japón), con sus cuernos bien plantados. Creí adivinarlos al pasarle por el lado y mirarlo como se mira a una puta cucaracha. Ya, no soy políticamente correcto. Líbreme Dios. No lo seré nunca, qué aburrida sería mi vida, y la vuestra ¿no? queridos lectores/as. Llevaba de fondo a Jiménez Losantos. Tengo delito.