Ese tal Patxi López, que es el lehendakari que más apoyo ha recibido nunca en la historia de Euskadi, tiene una excelente oportunidad para demostrar, ahora, que su policía autonómica sirve para algo más que mirar a manifestantes radicales. Tienen que capturar a los asesinos de Eduardo Puelles García. Tenía 49 años, estaba casado y era padre de dos hijos. Residía "de toda la vida" en la zona donde ha sido asesinado. Eduardo Puelles García era inspector desde abril de 2002 y pertenecía a la Brigada de Información de Bilbao, la unidad de la Policía encargada de la lucha antiterrorista. Tiene que ser la Ertainzta. Es de justicia y si no es así, que Patxi dimita. La policía vasca tiene la palabra. La estamos esperando, deseamos que actúe y que nunca más tuvieran que llevar pasamontañas. Es todo tan triste, tan penoso, no hay que ir a los Balcanes, Afganistán o a Irak. López tiene que certificar que ha merecido la pena ayudarle.