28 sept 2009

Sobre las hijas de Zapatero y las de Obama


Me importa un pito no coincidir con esa turbamulta de columnistas presuntuosos, tertulianos del tres al cuarto pasados de rosca y despreciables parodias de periodistas que se han reído de la foto de los Zapatero y los Obama en la recepción de la Casa Blanca. Veamos, para eso está un blog. Yo no conocía a las hijas de Zapatero, de nada, lógico teniendo en cuenta el pacto ése del que habla ahora el presidente. Yo no he firmado pacto alguno. No me siento sometido. La culpa de todo la tiene Zapatero; no sonrían. Ha expuesto a sus hijas -que presumo inteligentes y fuertes ante la que se les ha venido encima- al escarnio global. La red está despedazándolas cruelmente. Y no tenía que habérselas llevado a la recepción o, al menos, con tanta legión de asesores alguien debería haberse dado cuenta de que se iba a publicar la foto tal cual, en la web de la Casa Blanca. Menudos inútiles tiene a su alrededor el presidente. Dicho esto, que la culpa es de Sonsoles y José Luis, creo que las chicas tienen perfecto derecho a vestir, a creer y elegir la estética que les parezca.
Existe un gran fariseísmo en España con este tema, que contrasta con el respeto y cariño con el que se tratan las imágenes familiares de Obama, hasta en los medios que más odian al mejor presidente que ha tenido los Estados Unidos. No oculto mi admiración y apoyo a Obama, desde muchísimo antes de que nadie soñara con que iba a ser presidente. La foto de Pete Souza que ilustra este comentario aparece en la página oficial del presidente Obama en Flickr, de acceso directo desde la web de la Casa Blanca. No pasa nada, es su familia. Si Zapatero quiere proteger la intimidad de sus hijas está en su perfecto derecho, pero que no las exponga. Y si opta por hacerlo, como Obama, tratemos con respeto el asunto. La culpa, además del matrimonio presidencial español, la tiene quien no ha velado por este aspecto como debiera, cuidando la imagen de Zapatero y su familia. Es la verdad. Y punto. Y la foto de Obama me gusta, es la de un padre con sus hijas. Nada más. Y nada menos.