O Pilar Sánchez da un golpe en la mesa y recupera el orden en la ciudad con apoyo y recursos de la Subdelegación del Gobierno (a ver si está a la altura) o esto irá de mal en peor. Los socialistas sospechan que hay alguien, en una mesa camilla, que se reúne semanalmente, absolutamente volcado en 'incendiar' social y políticamente la ciudad, en llevarnos al caos hasta la próxima cita electoral.
Impedir la celebración de un pleno es un atentado contra el órgano soberano de la ciudad, que representa todos los intereses de los jerezanos y jerezanas. Hace mal María José García Pelayo, muy mal, en aprovechar la crispación social de mala manera. Ese no es el camino ni esa es su misión (tiene otros ediles para esas labores), la de una aspirante a recuperar la alcaldía. Petardos, bocinas, hasta cuatro colectivos protestando en una bronca que se pasa de castaño oscuro. ¿Creen ustedes que Bono permitiría en los aledaños del Congreso un guirigay como el que se ha montado hoy en Jerez? Ni de coña. Y menos que buena parte de esa bronca la monten servidores de la ley, al parecer. ¿Que si tiene responsabilidad la alcaldesa? Claro que sí, y mucha. Tiene que tomar decisiones, actuar con frialdad, tender puentes incluso con los más rebeldes, poner a trabajar a los vagos, y desenmascarar, sobre todo, al Nerón de Jerez. La ciudad necesita de política de la buena, talante y mano dura. Las ideas claras y las riendas bien sujetas, y llamar a las cosas por su nombre, pero nada de autoritarismo, sectarismo o venganzas por viejos asuntos. Esto no pinta nada bien...Es preocupante. ¿Saben cual es el próximo frente de batalla? Se lo adelanto: el retraso en las obras de Ikea. Pero sus promotores -que denostan abiertamente la calidad de las empresas andaluzas participantes con no sé sabe qué intereses espúreos- se están metiendo en un terreno resbaladizo. Lo triste hoy es que Vicasa haya apagado su horno, que la última industria ni siquiera haya tenido un pleno donde recuperar la clasificación de los terrenos. Lo de menos la bronca callejera antimunicipal. Los trabajadores de Vicasa estaban hoy más solos que la una, solo los sindicalistas y el incombustible Joaquín del Valle, de IU, que nunca falla. Triste.