Reacciones normales las que tuvo ayer la oposición jerezana tras la dimisión del jefe de gabinete de la alcaldesa, y esposo, Juan Carlos Jiménez. La periodista Ana Villegas, de Diario de Jerez, cuenta que "las primeras reacciones a la dimisión del jefe de gabinete y asesor de la alcaldesa, Juan Carlos Jiménez, que volverá a ser escolta, llegaron ayer por parte de la oposición que desde el primer momento ha criticado el nombramiento de los asesores municipales y especialmente el del marido de la alcaldesa. Desde el PP, el secretario local Antonio Saldaña, calificó la noticia de "un nuevo capítulo del culebrón venezolano" y criticó que esta situación ha provocado que el PSOE "traslade a lo público un tema privado". (Más en DJ)
Por su parte, Enrique Esteban, de LVDC, escribe: "El interrogante que se plantea ahora es, por tanto, qué pasará a partir del lunes. ¿Se fusionarán o recortarán delegaciones? ¿Quiénes y cuántos asesores se quedarán fuera del equipo? Las fuentes consultadas por este medio no descartan, incluso, la salida de algún concejal dentro de esta remodelación que se pretende acometer. Pero en lo que todo el mundo coincide es en que las competencias son exclusivas de la alcaldesa y sólo ella sabe lo que hará una vez que termine la Semana Santa". (Más en LVDC)
Mientras, se comenta que hoy mismo podría darse alguna baja significada en el grupo de asesores más próximos a la alcaldesa, aunque se desconoce si sería un cese, una dimisión o un envío a cuarteles de primavera donde esperar mejores tiempos. Sea como sea, la semana que viene habrá novedades dignas de mención. Pilar Sánchez tiene hasta finales de mayo (fecha en que el PSOE piensa dar a conocer o ratificar a sus candidatos) para demostrar ante propios y extraños que su vocación de austeridad va en serio. El gobierno necesita pruebas de vida.
PD: Es una pena que Diario de Jerez admita insultos en sus comentarios de las noticias ¿es que nadie los mira ni modera? Por cierto, que quien se pica, ajos come. Jé. Ah, menudo cabreo tiene David Gallardo...al pillar un taxi.