No lo pregunto, lo afirmo: Y tiene alma sindicalista: Joseph Raymond McCarthy (Grand Chute, Wisconsin, 14 de noviembre de 1908 – 2 de mayo de 1957) fue un senador republicano estadounidense por el estado de Wisconsin desde 1947 a 1957. Durante sus 10 años en el Senado, McCarthy y su equipo se hicieron famosos por sus investigaciones sobre personas en el Gobierno de los Estados Unidos y otros sospechosos de ser agentes soviéticos o simpatizantes del comunismo infiltrados en la Administración pública o el Ejército. Permaneció como un personaje poco conocido hasta que en febrero de 1950 lanzó una acusación pública contra 205 supuestos comunistas infiltrados en el Departamento de Estado.
Pese a que no pudo demostrarlo en ninguno de los casos que se trataron en el Comité del Senado para las Relaciones Internacionales, el ambiente propiciado por la guerra fría y la guerra de Corea le hicieron muy popular en los ambientes más conservadores de su país.
Pues bien, hay un asesor municipal -de los que serán, sería, o pueden ser cesados- al que la figura del senador yanki parece que le mola cantidubi. Este tipo en cuestión, que cree engañar a curtidos periodistas con poca paciencia ya, pisa terreno muy resbaladizo.
Y eso que yo pensaba que su afición a la radio era aprecio a quien suscribe en los heroicos tiempos de la emisora de la calle Guadalete. Debe tener cuidado el McCarthy con lo que dice públicamente en las ejecutivas del PSOE jerezano.
¿Sabes que alguien mira con detalle las llamadas de los teléfonos corporativos? No te inquietes. Tú no corres peligro. Ya sabemos a quien llamas. Querido McCarthy, cuídate esta semana, que es lo que te queda antes de que te cesen y tengas que volver a tu trabajo anterior, a no ser que les convenzas que eres el mago de la comunicación política y mediática. Pero eres un simple aprendiz de conspirador. No abuses de mi corazón, makinavaja. Te pillao. Por cierto ¿os cesan a todos? ¿O te salvas?
