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Ayer escuché a un tertuliano decir que Jerez vive en un estado de crispación y la verdad, no lo entiendo. Miro a otras ciudades de alrededor con tantos o más problemas que la capital del Marco, pero no veo a políticos y cronistas locales enzarzados en guerras de caballería o redes sociales. Y son más solidarios.
La crisis global que vivimos se ve acentuada en una ciudad donde se ha tirado de talonario alegremente. "Alguien lo pagará", recuerdo que decía algún dinosaurio de la política local. Y eso es lo que está haciendo el Gobierno local, pagando sus facturas, que son las nuestras y las de tantos años de vida loca.
España, Jerez, decían los antiguos. Pero los jóvenes, más de 65.000 en Jerez, están en el mundo, en Andalucía, en Cádiz y en la red. Jerez no es una isla, aunque alguien la aisló durante años. Tenemos un gran trabajo por delante, recuperar el orgullo de una ciudad que vive más preocupada que crispada. Cuestión de empleo.
Buenos días y buena suerte
