Joder con las sensaciones. Sentado en la antigua Cruz Blanca, al solecito de hoy (reparador), hablando de las cosas que me gustan no más. Ha pasado una chica, vendiendo cupones -"son de mi hijo"- y me ha alegrado el corazón. Le he comprado dos, lo justo, no necesito más. Lo demás viene día a día. ¿Me tocarán?