Pilar Sánchez, Alfredo Pérez Rubalcaba y González Cabaña, en Jerez. |
Estuve allí ayer, en la presentación de los candidatos y candidatas del PSOE, y hablé con muchos de ellos. Nadie va a venir a contármelo. Una de las claves del distanciamiento que mantienen Paco González Cabaña y Pilar Sánchez tiene que ver con el futuro, claramente. De entrada, Luis Pizarro dejó claro que quiere que Cabaña siga siendo el presidente de la Diputación de Cádiz (¿cómo se deciden esas cosas en el PSOE? ¿y en el PP?) y eso solo se puede decir cuando uno es consciente de su poder y lo ejerce sin miedo. Pizarro es quien manda en la provincia de Cádiz, hay que decirlo alto y claro. Cabaña es un instrumento más de su red de poder. Por eso, en el caso de un posible congreso extraordinario antes de las elecciones generales y autonómicas no veo descabellado que Pizarro aspire a ser el secretario general del PSOE de Cádiz y que Cabaña busque otros derroteros compatibles con su cargo de alcalde de Benalup-Casas Viejas, donde no parece discutible que pueda perder las elecciones. Y llego al nudo gordiano del asunto: ¿quién será la alternativa, la imagen de la renovación del PSOE? Será una mujer, no me cabe duda. Eso explicaría muchas cosas ¿no? Seguiremos informando. Hay movimientos, pero hay que esperar al 22M.