Pelayo conversando con una manifestante de Acasa. Foto Esteban Pérez |
María José García Pelayo tiene una hoja de ruta. Creo que ya no cabe duda alguna. Y sus actuaciones son de manual político, pero reforzadas por esos 18 meses de no gobierno que sufrió. Además, casi todos los vientos mediáticos soplan a favor de su nave, lo que no es poco. De momento tiene suerte y apoyo. Pero pronto, al tiempo, se le van a exigir resultados, propuestas y, sobre todo, que exponga a la luz esa hoja de ruta que debe contener algún sobresalto. Por cierto, me confirman que no se va a contratar a nadie, que se cumplirá a rajatabla. Le quedan tres asesores. Y la oposición cree que estan al caer.
Yo, la verdad, creo que al 'trio del zuzto' -Saldaña, Pelayo y Espinosa- le quedan algunas ruedas de prensa de infarto. Pero llegado septiembre se plantearán dos escenarios. Si hay elecciones generales y autonómicas anticipadas todo será de vértigo y cada asunto municipal será usado con fines electorales a cara de perro. Si no las hay -serían en marzo de 2012- a Pelayo se le complican las cosas una barbaridad. Y mal camino eso de denunciar al Gobierno, ella lo sabe perfectamente, a no ser que sean consignas.
Conseguir los fondos necesarios para hacer funcionar la casa es tarea de titanes y la abogada Pelayo se tendrá que esforzar en no solo asustarnos todas las semanas sino en ilusionarnos. De la semana me llama la atención la forma en la que ha resuelto, este mes, el conflicto de la trabajadoras de Acasa, que llevan el servicio de dependencia. Y la habilidad que tiene para hacer ver que todo es culpa de la anterior regidora como si en esta ciudad nunca hubiera gobernado otra persona. Un poco de por favor, Pepa.