Todo es revisable y la forma en la que emitimos y recibimos la información está sufriendo una reconversión en toda regla. Solo necesitas Twitter, por ejemplo, muchos y cualificados seguidores, y credibilidad. Puedes llegar a quien quieras y cuando quieras. Pero la información tiene que ser de calidad, siempre. Y hay tanto talento que está siendo arrojado a la calle por los grupos convencionales que no es complicado reunir a un buen puñado de indignados kanallas. Los periodistas son un sector en crisis, no solo sus empresas, que han recibido las ayudas y, por lo que se ve, fondos de reptiles. Y nos organizamos...porque nada es para siempre. No nos rendiremos. Hay demasiado en juego, al lío.