Saldaña, entre Espinosa y Paredes. |
Antonio Saldaña, primer teniente de alcalde y delegado de Urbanismo de Jerez, va haciéndose el sitio. Es como el gato en el cojín. Nadie es capaz de quitárselo porque te araña y el cojín ya tiene el hueco hecho a medida para que el felino se sienta a gusto. Aunque claro, tanto poder conocido y supuestamente detentado toca los bowlings a los que están alrededor, sabedores de que es un chico de futuro.
Antonio debe tener cuidado porque el ala dura sabe, perfectamente, que pertenece a una generación que, más temprano que tarde, pasará el plumero por el mueble antes de deshacerse de él. Es cuestión de tiempo. No me extrañaría nada que el fuera el próximo coordinador del grupo municipal, porque Aurelio Romero ya se ha buscado las lentejas en Madrid, con el objetivo de una jubilación jugosa.
Pero al PP jerezano los conflictos laborales lo tienen muy desconcertado, hay nervios, agobios, porque no hay dinero, el tiempo pasa y las medidas de ajuste se han quedado en 'recortes de la señorita Pepis'. Eso sin contar con las 'dudas legales' del PSOE, que no terminan de cuajar por la lentitud de Paco Lebrero, que desespera a sus compañeros de banquillo y más allá.