Tengo que frecuentar más la noche peligrosa, porque es la única forma de ver a la pandi de los nuevos amos del cotarro político, empresarial e institucional, a los que no les falta de ná (¿se me entiende?) porque les sobra de todo. La noche es muy hija de puta, afortunadamente, y hay muchos ojos atentos a todo, por lo que, "tarde o temprano" las cosas se terminan sabiendo. Corren las sustancias, dicen, el sexo indefinido y rápido, seguido de las promesas de colocaciones tutiplén, coño, es que se lo pueden permitir porque están en racha. De puta madre chicos, ya os vale. ¿Eres de la pandi? Pues felicidades. A vivir, que son dos días. Mientras que no os pille un paparazzi, la Agencia Tributaria, la Policía o la Guardia Civil.