Es probable que todo quede en agua de borrajas, pero anda el personal crítico de un partido político en Cádiz un poco mosca con un cargo electo que podría no tener problema alguno en hacer coincidir algunas pagas que, sumadas, son una pasta gansa de narices. Esta semana conoceremos la identidad del afortunado, que se hace el sueco como si con él no fuera la cosa. A no ser, claro, que nos sorprenda con algún escrito renunciando a sus retribuciones del cargo que va a dejar, incluso la paguita de Navidá y algunos extras. Yo creo que es un buen tipo, en el fondo, y no se atreverá a ser escándalo mediático en un momento en el que cinco millones de españoles las pasan canutas. Sería todo un patinazo. Claro, que igual en vez de renunciar a esas cantidades, las dona a alguna buena causa social.