De esos tengo unos cuantos/as alrededor. Me estoy dando cuenta que de que cada día soy más intolerante con los intolerantes y tóxicos, con los falsos, traidores y cabrones que siempre amenazan y tratan de pisotear lo que no está hecho para sus cortas entendederas. No ajusto cuentas, salvo cuando casualmente el pato de los cojones se pone a tiro y me toca disparar en la barraca de la feria de la vida. Por ejemplo, al 'mayordomo' gadita, cobarde y pecador. Le viene una buena por ser mala persona.
El que resiste, el que aguanta, gana, termina ganando. Y así es. No agobiaros por tanto, no merece la pena. Vamos a tener meses aún más difíciles y necesitaremos fuerza, espacios de libertad y acción para expresar nuestra rabia, indignación y propuestas. Los tendremos y, me temo, habrá periodistas de sobra para aportar contenidos que, no hay otra, tendremos que vender nosotros y llevarlos a los grandes medios, dentro y fuera de España, porque gracias a Internet eso tiene una relativa importancia, creánme. Ea, me he desahogado a base de bien. La canción me lleva a una ciudad que admiro: Nueva York. ¿La otra? ¿Por qué no?