Fernández habla por teléfono. Foto Fernando Ruso |
PSOE-A e IU ya tienen perfilados una buena parte de los nombres que ocuparán responsabilidades en los servicios periféricos, centrales y las consejerías, amén de la vicepresidencia primera, que asumirá Diego Valderas. Ambas formaciones han dedicado el fin de semana al asunto y hoy esperan culminar el proceso, al menos en un setenta por ciento de lo previsto. Se abre esta semana un período nuevo en la historia de la política andaluza: un gobierno de izquierdas. No será fácil. Nadie dijo que lo fuera, máxime teniendo en cuenta la actual coyuntura económica. Y los sindicatos UGT y CCOO permanecerán vigilantes para que el patio no se altere mucho y no se lancen los trastos a la cabeza.
Ayer, en las páginas de EL PAÍS, el periodista Javier Martín-Arroyo se atreve a afirmar algo que está en el ambiente: "La hipótesis del presidente de la Junta, José Antonio Griñán,
contestando como imputado a las preguntas del abogado del propio
Gobierno andaluz, como acusación personada en el caso de los ERE, cobra fuerza para muchos juristas".¿Hay un PLAN B si eso llegara a ocurrir? Llevo toda la semana hablando con mucha gente y todos me apuntan que la clave, el tapado o la tapada, estaría en el nuevo Gobierno. Pero hay quien cree que Griñán no pasará por ese trance, que más bien antes que el actual presidente en funciones le tocaría el turno a Chaves, ex presidente y hoy diputado.
Hay mar de fondo en el PSOE andaluz porque la declaración de Antonio Fernández ante la jueza Alaya posiblemente ha aportado a la puntillosa y sólida magistrada nuevas vías en la instrucción, que amenaza con ser letal para la vieja guardia socialista. Allegados a Fernández, antes de su ingreso en prisión, daban por hecho en Jerez que el ex consejero no asumirá en solitario toda la responsabilidad. Veremos. Las diligencias de la instrucción explican muchas actitudes y silencios, y amistades confesadas en la red.