Lo admito, me gustan estos comentarios que, ciertamente, igual dejan a más uno al pairo sin saber a que me refiero, pero ahí va: la maldad de algunos dirigentes políticos gaditanos es directamente proporcional al castigo que merecen y que, más temprano que tarde, encontrarán en sus mismas filas. Los nobles de corazón no se vengan de nadie, pero eso es una cosa y ser idiota es otra bien distinta. Nada, a seguir tocando los cojones, que la patada en la boca puede ser antológica y en pocos días puedes recibir hasta dos. Y viene de los tuyos, político, por tu mala leche conocida e inversamente proporcional a tu estatura. Nada, nos vemos por los hoteles y los bares de los pueblos.