Pelayo, con su equipo de concejales. |
La alcaldesa y senadora María José García Pelayo sabía a lo que se exponía cuando se presentó candidata por su partido a la alcaldía de Jerez. El hartazgo de la ciudad, un compló (nada de supuesto) perfectamente orquestado con tintes políticos muy evidentes y publicados a los cuatro vientos, errores (no tantos) de la gestión de una alcaldesa y de los sectores de su partido enfrentados a muerte en Jerez, la enorme crisis económica, las ganas de cambio y, conviene no olvidarlo, las promesas de Pelayo y el programa electoral del PP, inclinaron la balanza a su favor y ganó las elecciones. Ahora tienen el deber y la responsabilidad de gobernar y hacerlo con mesura, inteligencia, mano firme (que no dura) y conciencia social. Lo que se avecina es fácil de suponer pero nadie sabe nada a ciencia cierta. Pilar Sánchez quiso aplicar un ERTE, pero entre la voluntad política y la legislación entonces vigente, nació muerto. Pelayo tiene las normas a favor, sobre todo la ley de estabilidad presupuestaria que, al tiempo, traerá más novedades porque es una herramienta útil.