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Para ser un líder, o una 'lideresa', hay que pensar y actuar como tal. Lo demás son fruslerías impropias de gente seria. Cuando tus compañeros o electores te otorgan su confianza lo hacen para que ejerzas, para que salgas a escena y des la cara, máxime en tiempos tan salvajes que vivimos. Sirva este comentario para casos que estos días son noticia.
Por ejemplo Antonio Sanz, que como maquinista de la General ha pisado el acelerador y tiene con la lengua fuera a toda la organización (ya las y los parlamentarios no se quedan tan ricamente por las tardes en Sevilla cuando hay pleno). Y no es el ímpetu propio del recién llegado. No.
O por ejemplo, al otro lado del espectro político, Irene García, secretaria general provincial del PSOE. El zarpazo que le da hoy el Diario de Cádiz en portada le debe hacer reaccionar ya, tomar las riendas y picar espuelas de una organización donde los liderazgos son discutidos dos segundos después de ser elegidos. Y así no se va a ningún sitio.
La información detallada que hoy ofrece el cronista político Francisco Sánchez Zambrano debe haber encendido las alarmas en la Plaza de San Antonio. Tanto como el apagón de Endesa anoche. Dice su portavoz que eran "trabajos programados" y que la cosa falló. Pues vaya programación.