El médico Julio Toscano, alcalde de Alcalá de los Gazules. CNA |
Tiene guasa la cosa, eso de la derechaunida en (gobiernan IU y PP) en Alcalá de los Gazules, un pacto antinatura que se mantiene desde las pasadas elecciones municipales sin que los de la coalición de izquierdas sientan esa vergüenza que sienten, por ejemplo, con el dictamen de los ERE. Además, dicho sea de paso, si los socialistas se dedicaran a la cosa provincial Antonio Sanz no parecería el Cid Campeador, y ya habrían cambiado de color los ayuntamientos de Alcalá de los Gazules y Chipiona, por ejemplo.
Pero los de IU son muy escurridizos y no se ponen manos a la obra con esos dos asuntos. Sobre todo en el primero de ellos, donde nadie entiende -aunque en el PP le han hecho caso- la razón por la que Julio Toscano ha creado una crisis que le puede terminar mandando a la calle, tras expulsar a una edil, Estela Sánchez, que ahora tiene el voto de calidad, y que el PP mimó tanto que hasta le contrataron como asesora del presidente de la Diputación, con espléndido sueldo por cierto. Estela, que es periodista, se ha convertido en la clave del embrollo alcalaíno.
El pequeño pueblo es fuente inagotable de cotilleos políticos de todo tipo que muestran lo poco que importa la ideología y sí en cambio los factores personales o viejos enfrentamientos, a poco que uno pregunte después de un buen almuerzo en el restaurante Pizarro, lujo gastronómico donde los haya en Andalucía. Veamos, en resumen: el PP tiene tres concejales, IU otros tres, el PSOE tiene seis y luego está la edil expulsada (no confundir con una tránsfuga) por los populares, Estela Sánchez. Su voto decide, es casi la verdadera alcaldesa. Y está muy indignada por el trato recibido. Digamos que el alcalde no ha estado muy fino con ella, pese al buen trabajo que ha realizado, con ahorros notables en muchos presupuestos municipales. Hoy hay pleno ordinario, a las 18,00 horas.