Las bromas telefónicas en los programas-despertador de las radiofórmulas incluyen contenidos que pueden perjudicar el desarrollo físico, mental o moral de los menores, vulnerar el derecho a la intimidad de las personas, fomentar actitudes sexistas y quebrantar los derechos de colectivos que, por su edad o dificultades de comprensión, se encuentran especialmente desprotegidos.