Joaquín Garat. Foto de la revista Puente Chico, de Chiclana |
El empresario octogenario Joaquín Garat, de Chiclana, no tiene miedo.¿Cuantos empresarios conocen ustedes con agallas de denunciar pagos a un partido? Presuntos claro. Si escupes hacia arriba ya sabes que o te cubres con un paraguas o te aseguras que el viento lleve lejos lo que sueltas. Garat se ha lanzado a la piscina pero, dicen, no lo ha hecho alocadamente. Los que han hablado con él comentan que tiene más munición y que, por la cuenta que le trae, tendrá que probar esos presuntos pagos ¿donaciones? hechos para obtener lo que él denomina ayuda. Garat es una bomba política de relojería. Por su edad, situación económica, y porque tiene simpatías entre quienes, como él, desean transparencia. Además ya se sabe que las personas mayores y los niños siempre dicen la verdad. Y eso sin contar con su familia, donde hay buenos abogados y gentes de mundo. Atentos, que sigue.