Paloma Gil ante el edificio de la Diputación de Cádiz. Foto JC |
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Paloma Gil, la amable telefonista del 085, despedida hace un mes de los bomberos de Cádiz, ha venido recibiendo estos días el cariño y la consideración no solo de sus compañeros sino también de algunos periodistas que, a diario, le llamábamos para conocer las incidencias. Su despido, que deja a su familia en una situación penosa, unido a lo complicado que está el mercado para una persona de 50 años, además con una minusvalía del 46%, es tan injusto como otros muchos miles en España.
Desde aquí les digo que, al menos en este caso, creo en la palabra de Pepe Loaiza, su formación castrense está basada en valores. Y el otro día deduje en su breve conversación conmigo que la repondrán en su puesto, ya que Qualytel es una subcontrata del consorcio de bomberos. Paloma es de CSIF, es decir, que se complica la vida en defensa de sus compañeros, que eso, y no otra cosa es el verdadero sindicalismo.
Uno de esos compañeros, de los medios, le ha enviado a Paloma una carta. Omito el nombre del compañero, al que aprecio y admiro, y la suscribo por entero. El periodista gaditano se moja -que es lo que tenemos que hacer a diario- y deja constancia de que "el trato, y el servicio que siempre ha recibido de Paloma Gil Iglesias ha sido excelente. Desde mi experiencia, la considero una gran profesional, que desempeña su trabajo con un alto grado de educación y cortesía".
El acto de conciliación por el despido de Paloma es el próximo día 18 a las 11.00 horas en el Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación en calle Barbate esquina con calle San Mateo , en la barriada de La Paz. Allí estaremos muchos para que nadie le corte las alas a Paloma. Rectificar es de sabios y de buenas personas, algo imprescindible para ser buenos políticos, que no abundan.