Ocurrió hace diez años, 191 muertos, 2.000 heridos, una ciudad, Madrid, que nunca podrá olvidar ese drama. Yo no pienso pasar página, nunca lo haré. Lo siento. Os recomiendo el especial de EL MUNDO (ver), un excelente trabajo que se une a esa catarata de sensaciones que vivimos miles en Madrid, en los últimos días del Gobierno de Aznar. Yo trabajaba en el Ministerio de Economía y aún siento, una década después, esa amargura del día de los atentados, de la manifestación, de cómo se gestionó aquella crisis de Estado, tanto dolor soportamos quienes vivimos todo muy de cerca, y en la calle. No lo puedo olvidar, es imposible. Cada vez que en televisión emiten algo me quedo con la mirada fija en la pantalla, me duele tanto... Pero la herida ha cicatrizado, quizás más rápido en España que en otros países que vivieron grandes atentados. No entiendo lo que nos ha pasado, nos quedamos satisfechos con un único condenado, y poco más. ¿De verdad que no podíamos indagar más? ¿de todo corazón? Todo mi amor para quienes sufrieron aquel horror y mi desprecio absoluto para quienes juegan con esa memoria, sean quienes sean, que Dios les reclame lo justo.