Todavía recuerdo como si fuera hoy el día que supe que Miguel Arias iba a ser ministro de Agricultura. Yo estaba en ABC de Córdoba, con uno de los periodistas que más aprecio, Antonio Castro, entonces director del periódico. Antes de irme para la capital del califato, en aquella Tertulia del Mamelón que organizaba los sábados en la SER de Jerez, Miguel Arias siempre venía a contarnos, ilustrarnos, de la importancia de Europa, aire fresco para la tertulia multicolor en la que nos lo pasábamos de miedo. Cuando aquel mes de mayo me decidí a irme a Madrid fue una de las mejores decisiones de mi vida. Aprendí mucho a su lado, estar en el Gobierno fue una experiencia clave en mi vida, en todos los órdenes. Por eso sé, a ciencia cierta, que lo del machismo, su colosal metedura de pata usada hasta la indecencia en la campaña, se cae por los hechos.
Miguel Arias dió más poder a las mujeres que a los hombres en su equipo, por méritos propios y porque ya sabía que una de ellas llegaría alto, Isabel García Tejerina. Nos enfrentamos todos y todas a variadas calamidades y lo hicimos a su estilo, con profesionalidad e inteligencia, pero he de decir que entonces Miguel tenía asesor@s que eran amig@s y no pelotas o ineptos impuestos por el aparato del partido y eso es importante en la vida. Lo que ha tenido en esta última campaña merece un calificativo que me ahorro.
Desde el aprecio y el respeto que le tengo, suerte. Y gracias por aquella experiencia, aunque algunos impresentables nunca vieron con buenos ojos que un periodista jerezano, de clase modesta y familia muy digna, con pasado innegable de izquierdas, sin apellidos típicos, fuera su asesor, y amigo. El mismo que regresó a su trinchera y ahora es cronista, con iPhone (en la foto), de sus actos. Buenas tardes y buena suerte.
Miguel Arias dió más poder a las mujeres que a los hombres en su equipo, por méritos propios y porque ya sabía que una de ellas llegaría alto, Isabel García Tejerina. Nos enfrentamos todos y todas a variadas calamidades y lo hicimos a su estilo, con profesionalidad e inteligencia, pero he de decir que entonces Miguel tenía asesor@s que eran amig@s y no pelotas o ineptos impuestos por el aparato del partido y eso es importante en la vida. Lo que ha tenido en esta última campaña merece un calificativo que me ahorro.
Desde el aprecio y el respeto que le tengo, suerte. Y gracias por aquella experiencia, aunque algunos impresentables nunca vieron con buenos ojos que un periodista jerezano, de clase modesta y familia muy digna, con pasado innegable de izquierdas, sin apellidos típicos, fuera su asesor, y amigo. El mismo que regresó a su trinchera y ahora es cronista, con iPhone (en la foto), de sus actos. Buenas tardes y buena suerte.