23 jul 2015

Una de periodistas...


¿Saben ustedes por qué los periodistas raras veces hablamos de nuestras condiciones de trabajo? Yo les respondo: por cobardía y sentido común. No hay más razones, de corazón. Sobre las causas de despido prefiero no aburrirles, y ganas me dan de contarles alguna aventura con un aprendiz de empresario. La caída de la publicidad ha sido brutal desde 2007.

La prensa española, según el último informe Infoadex (la base de datos sobre publicidad más importante de España) ha perdido el 71% de sus ingresos. Buena parte de ellos procedentes del ámbito institucional, y un puñado de grandes empresas, muchas del Ibex 35. Aunque no todo está perdido porque muchos no tiramos la toalla. Pese al peaje impuesto.

Hay quien paga por ir a trabajar, incluso a zonas en guerra o donde la seguridad es una entelequia. Conozco este vídeo que del comentario desde finales de 2013 y hoy, con tres compañeros desaparecidos o secuestrados en la olvidada Siria, cobra plena actualidad.

Uno de los periodistas desaparecidos es precisamente el protagonista de la grabación, Antonio Pampliega. Los otros dos son Ángel Sastre y José Manuel López, y lostres llevan desaparecidos en Siria desde el 13 de julio, según han confirmado sus familias este martes. Los tres son experimentados reporteros de guerra, socios de RSF, y habían viajado a la ciudad de Alepo para cubrir el conflicto sirio. Una ciudad llena de tristeza, escombros y muerte.
Me acuerdo en muchas ocasiones de mi apreciada Mayte Carrasco, periodista y escritora, la cantidad de ocasiones en las que tras reunir fondos se iba a la aventura, vendiendo noticias y jugándose la vida. Ella lo ha contado a quien le ha querido escuchar. Si entran en la web de Reporteros Sin Fronteras (RSF)comprobarán que tiene un barómetro, una sección en la que se ofrecen datos de esta profesión: hasta ayer 36 periodistas asesinados, 1 colaborador muerto, 8 internautas asesinados, 154 periodistas y 13 colaboradores encarcelados y 184 internautas encarcelados. Así va la cosa. Pero no crean que esa es la única trinchera peligrosa. La información en España, sobre todo tras las últimas reformas, es un trabajo de riesgo.

Empresas asfixiadas
Hablando de otros riesgos, los financieros, espero que sea verdad lo que lo leo en mi antiguo periódico El Economista, que la banca está decidida a dar un impulso importante a los balances con la puesta en marcha de “una ola de refinanciación de deuda de las empresas asfixiadas”. El llamado G-6 del sector -Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Sabadell y Popular- habría tomado la determinación de dar oxígeno a las compañías que presenten problemas para afrontar sus créditos, aunque para ello tengan que dar por perdidos parte de los préstamos. Estaremos atentos a la envergadura de las empresas a las que ayudan, a ver si pymes y autónomos tienen la suerte de los grandes.

Regreso a Jerez, una ciudad donde me temo que muchos formarán parte de ese casi 60 por ciento de hogares andaluces que no pueden disfrutar de unas vacaciones. La Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-A) ha denunciado la situación de pobreza y exclusión de los hogares andaluces en época estival.

“El no poder disfrutar de una semana de vacaciones al año es una de las carencias materiales severas recogidas por el índice AROPE (At Risk of Poverty and Exclusion) junto con no tener retrasos de pago del alquiler, hipoteca y/o recibos relacionados con la vivienda, mantener la vivienda a una temperatura adecuada durante los meses fríos, una comida de carne, pollo o pescado cada dos días, un coche, una lavadora, un televisor a color o ordenador portátil y un teléfono”, señala la red, compuesta por 47 entidades sociales andaluzas, todas de carácter no lucrativo y con un objetivo común: la inclusión social.

De la lucha emprendida en nuestra ciudad en ese terreno destaco la excepcional labor que realizan a diario con su economato social los hermanos de la Orden de San Juan de Dios en Jerez. Un ejemplo que habría de replicarse en otros puntos de la ciudad. Hoy, porque así lo siento, he elegido una canción de José Antonio Labordeta que llevo en mi corazón, de otros tiempos no mejores que estos, pero que nos marcaron un camino que no podemos dejar nunca. Me emociona porque hoy, más que nunca, hemos de levantarnos para que las cosas cambien. Eso pienso.