11 ago 2015

El concejal, el libelo y otras historias

Santiago Galván. Foto Juan Carlos Toro (LVDS)

Cada vez aguanto menos a los falsos, es que me repatean el estómago. Y menos aún cuando además se creen que no te das cuenta de su falsedad. Encima de malas personas son bobos de solemnidad. Hoy he marcado distancia con uno de esos malos y bobos personajes, y Dios sabe que tenía que hacerlo para no tener que aguantar más que me estreche la mano y me sonría cuando nos encontramos en algún acto o por la calle. Un tóxico menos. Que le den. Un tipo capaz de vender su alma al diablo por unas monedas, y de engañar a gente profesional. Punto.

Un libelo es un escrito en que se denigra o infama a alguien o algo. Ante uno el afectado tiene que reaccionar y puede elegir varios caminos. Puede recurrir a la denuncia judicial, a ofrecer una explicación pública que refute punto por punto las acusaciones o (no lo recomiendo) sacudirle una buena bofetada al autor consciente de que la falta tendrá una sanción. Creo que la primera es la mejor opción, y eso ha hecho Santiago Galván, uno de los ediles del gobierno local socialista apoyado por 
Ganemos e IU aunque no estén el ejercicio del poder. Punto.


Hoy comparecen en rueda de prensa en Jerez el presidente del PP de Cádiz, Antonio Sanz (que también es delegado del Gobierno en Andalucía) junto a la senadora y concejala María José García Pelayo. Dicen que van a abordar “asuntos de actualidad”.  Y a los que ellos traerán se unen los que, ‘espontáneamente’ les aportan, comentan en el PP jerezano, anónimos informantes que supuestamente simpatizan o militan en el PSOE. Menudo favor le hacen al viejo partido del genuino Pablo Iglesias. Esos se merecen la expulsión inmediata. Punto.

Hace muchos años la agitación y la propaganda –el agitprop- era clave en una organización como el Partido Comunista de España (PCE), ahora lo llaman estrategia, marketing político, esas cosas en las que cualquiera que hace una web con plantillas de Wordpress, o sabe crear perfiles sociales para gestionarlos con escaso éxito se vende como gurú de la comunicación política. Y van y lo contratan. En este terreno cuenta la formación y la experiencia, sobre todo en situaciones de crisis, que es cuando más se aprende. No vale cualquiera. Punto.

Ayer pasé calor y dolor, se me removió el alma. Fue en el funeral del hermano Adrián del Cerro, al pensar que hay 1.300 familias en Jerez que salen adelante gracias al economato que lleva su nombre, cuyo funcionamiento deberían conocer bien nuestros ediles. Como lo conoce Santiago Casal, buen amigo de gran corazón, al que deseo la mejor de las suertes. Hay que revisar el concepto de pobreza porque el cambio de modelo que nos imponen los neocon está llevando a situaciones comprometidas, muy duras, a familias que en teoría no deberían tener problema alguno. Pero la puta crisis ha hecho mucho daño a mucha gente y no es justo. Punto.

Es de manual. Me refiero a esa movilización a favor de la dotación y apertura del edificio de radioterapia del Hospital de Jerez, a donde ha llegado un gran profesional, el doctor Manuel Lubián. Es obvio que sus promotores tienen razón, que los enfermos viven una situación muy dura ya para añadir un desplazamiento largo y además con estas temperaturas extremas. Digo que es de manual porque salta a la vista que detrás hay un partido político muy concreto. Como no he sido rey mago ni pregonero no le debo nada a nadie. Soy libre. Pero todo lleva su procedimiento y la estrategia no le servirá de nada. Esperen y vean lo que ocurrirá. Punto.

Una de las peores cosas que te pueden pasar en la vida es que te fallen aquellos a quienes admirabas, que se derrumben todos tus esquemas en este proceso finito de aprendizaje que es la vida. Si les pasa no tengan miedo en censurarles y apartarse de ellos y de ellas porque han roto un sagrado vínculo. En la vida hay que resetear el sistema de vez en cuando, aprovechar esos momentos tan complicados para dar un golpe al timón, poner velas al viento y emprender otro rumbo. Lo que tiene bemoles es que algunos lo hagan y luego censuren a otros que, con enorme dignidad, dan un nuevo sentido a su trabajo y su existencia. Punto.

En la década de los 90 fui corresponsal de TVE y Diario 16 Andalucía a la vez en el Campo de Gibraltar y tengo allí buenos amigos y una red de contactos que me alerta de cualquier novedad. Lo del conflicto de las aguas territoriales, el narcotráfico (hay más en el lado español, eso lo sabe cualquiera), el contencioso con Gibraltar, es un clásico. Los gobiernos de España y el Reino Unido no deberían dejar esto en manos de políticos locales ambiciosos, Picardo y Landaluce, ni de medios interesados. Se trata de cooperación sincera por todas las partes, entre el eficaz SVA y las fuerzas de seguridad gibraltareñas. Y eso no existe. Punto.

Banda sonora
Leiva me acompaña en las idas y venidas por las calles de Sevilla, Cádiz y Jerez. Me da ese punto vacilón que tanto necesito ahora mismo, porque no queda otra que tomarse las cosas con un poquito de sorna y cachondeo ante el ridículo tan espantoso que hacen tantos.

En mi serie favorita, Scandal (Fox), el padre de Olivia Pope le trae un álbum en vinilo: Songs in the key of life, de Stevie Wonder, que pinché en Radio Jerez cientos de veces. Me sé todas sus canciones y lo he guardado en Spotify para volver a disfrutar ese doble disco, adorable.


En mi vida siempre hay música, de todo tipo, pero el rock me puede, una guitarra metálica, un bajo penetrante en el corazón, días de vino, de rosas con espinas, de penas y felicidad. “Tengo que volver a mi planeta…”  Ojalá pronto nos podamos divertir juntos en la radio. Me apetece al final de cada comentario brindaros algunos párrafos sobre la música que me gusta. Lo haré. Temas que espero volver a reproducir y comentar pronto para tod@s. Punto y aparte.