Encapuchados intentan quemar con gasolina las nuevas lanchas de Vigilancia Aduanera en Algeciras (Cádiz) https://t.co/HeLSeB9uND vía @epandalucia— Pepe Contreras (@pepeconjerez) 6 de marzo de 2018
ALGECIRAS.-Me niego a olvidar lo que supe por pura casualidad aquel año de la década de los noventa. La droga lo corrompe casi todo. Una noche, siendo delegado de RTVE y Diario 16 en el Campo de Gibraltar, un buen amigo me alertó de una operación antidroga en una playa demasiado cercana. La aprehensión fue de libro.
Seguimiento y acoso desde patrullera marítima y helicóptero, llegada a la playa donde el dispositivo, a pelo, pilló a los narcos con las manos en los sacos de arpillera plastificados. Nadie escapó. Varios detenidos, un buen alijo y una embarcación rápida, una goma con motores de antología .
Cuando todo iba acabando uno de los traficantes, responsabilidad media en la banda, mira a un agente y dice: "Joder, qué os cuesta todo, mal sueldo, un trabajo de mierda, arriesgando la vida, y los millones pasan por vuestras narices, con lo fácil que sería mirar para otro lado. Dos o tres veces al mes y la vida resuelta". El agente no se inmutó, contaron sus compañeros, y le dijo, con tranquilidad: "Así es la puta vida, pero igual que tú yo he elegido un camino en la vida, duro pero digno, y no voy a fallarle a nadie. Calla y tira palante cabrón".
En estos días en los que el Campo de Gibraltar teme al Brexit y al show de los narcos y los tertulianos impresentables, me acuerdo de aquella historia. Así me la contaron o, igual hasta la viví junto a los buenos. Lo de ahora me infunde respeto: los narcos han sacado las capuchas y las armas. Han perdido el miedo. No hay códigos. Esto va muy en serio.
#narcotráfico Hace tres años que, siendo director de Empresas Imparables, dediqué la portada al negocio de la droga. Fue una apuesta valiente. Y todo va a peor en ese tema https://t.co/NQ3UQ6Vpe6 vía @issuu
— Pepe Contreras (@pepeconjerez) 6 de marzo de 2018