Comentario de OPINIÓN:
Por Manuel Martín Oñate:
Estas palabras fueron las utilizadas por nuestro Presidente el pasado fin de semana para contratacar a las voces que revelaban que había tenido un encuentro secreto en Moncloa fechas antes de la decisión de la Comisión Europea de inhibirse en la decisión sobre la célebre OPA de Gas Natural sobre Endesa.
Algunas voces alertan sobre la influencia de esta cena en la toma de la decisión por parte de la comisaria de competencia Neelie Kroes. Lo que es cierto es que de este encuentro, no tenía noticia ni tan siquiera la oficina de la Comisión Europea en España, lo que abunda en el secretismo de la cita.
Tratemos entonces de hacer un ejercicio de lógica. Normalmente, para llegar a acuerdos, hay que ofrecer contrapartidas. Por lo que se plantea qué habrá ofrecido Zapatero a cambio de asegurarse la facultad de decidir sobre la legalidad de esta OPA, cuya empresa precursora tiene como principal accionista a la Caixa, caja de ahorros que permitió la prescripción de la mitad de un crédito de 14 millones de euros al PSC cuando el actual Ministro de Industria era miembro del consejo de dirección de la caja catalana.
Estas premisas pueden conducir a la conclusión, que en mi humilde opinión no es descabellada, de que ZP ha puesto en juego intereses nacionales en las negociaciones ante la Unión Europea (las más importantes son las que se vienen celebrando sobre el presupuesto comunitario). Y lo ha hecho para facilitar al grupo liderado por su benefactor, la adquisición mediante una OPA hostil de su principal competidor.
Ante esta situación, a la que algunos califican como poco estética y que en mi opinión es totalmente ilegítima en un Estado de derecho y en una economía de libre mercado, nuestro presidente ha decidido “tomar el toro por los cuernos”, aunque, en vez de explicar las circunstancias de la cena secreta, o de alumbrarnos sobre el contenido de la misma y las concesiones que pudo hacer, o simplemente, por limpieza democrática, defender que la decisión sobre la OPA la tome un órgano independiente, o de optar por la destitución de Montilla, que tiene un papel tan retorcido en esta trama, se decanta por explayarse ante los medios de información, adoleciendo de la formalidad y sensatez que ha de atesorar un jefe de gobierno de un estado democrático y europeo, con un “talante” que recuerda más al líder venezolano Hugo Chávez, que recientemente desafiaba a su homólogo mejicano.
Dicho de otra forma, los ciudadanos piden medidas claras e inmediatas, dado que un Gobierno está para solucionar problemas, no para crearlos, siendo cardinal la correcta marcha de las instituciones para el buen funcionamiento de un país, y lo que es tan importante, la imagen externa que transmitimos al resto de esta competitiva aldea global