Como en la antológica e inquietante película que marcó una época en el cine de suspense, nuestra protagonista, la avezada “detective” Agencia Tributaria (CLARICE) esconde un secreto. Un profundo e inconfesable secreto que la atenaza cuando rememora sus relaciones con otros “cuerpos” (CORDEROS).
Clarice (AEAT) recurre para detener a Buffalo Bill (narcotraficantes) a unos locos enamorados de su profesión y recluidos en el anonimato (funcionarios de Vigilancia Aduanera), que en este relato encarnan al célebre psicoanalista Hanníbal Lécter.La arriesgada Clarice acaba deteniendo al psicópata Buffalo Bill, con la ayuda inestimable de Hannibal.
Y llega el momento de darlo a conocer a los medios de comunicación.Todos felicitan a la valiente INSPECTORA. Los narcotraficantes están en prisión.
Pero ¿quién se acuerda de Hannibal Lecter?.¿Dónde queda su trabajo y sus consejos?Entonces, los locos, los olvidados, los profesionales, los que han colaborado con sus conocimientos e inteligencia de una manera determinante a la detención de Búfalo Bill, preguntan:
¿De qué tienes miedo, CLARICE?¿Qué te ocurrió con los otros “cuerpos”?¿Por qué quedas paralizada ante su simple recuerdo?
Y Clarice (AEAT) se acuerda de aquellos “cuerpos”, de cómo se apretaban entre sí buscando protección frente a los Granjeros (con G, de Generales) y se arrepiente de su silencio, de su cobarde y profundo SILENCIO.
Nota.- Los funcionarios de Vigilancia Aduanera exigimos de nuestro Departamento (Aduanas e Impuestos Especiales) un reconocimiento al trabajo desarrollado, repudiando el SILENCIO al que nos tienen sometidos en los medios de comunicación.
Eduardo A. Carmona (Cádiz)<>blockquote>
Periodista colegiado CPPA nº 459. Andaluz de Jerez. Socio de @anisalud y @aprensajerez. Noticias TV, radio, prensa y redes. News influencer. Analista de política y economía. Ahora en transformación digital.
20 nov 2005
El silencio de los ... aduaneros
El Ministerio de Economía y Hacienda, su titular -el vicepresidente del Gobierno Pedro Solbes- está imponiendo, al parecer, un silencio absoluto en torno a las actividades del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), cuyas acciones no son difundidas ya que ni cuentan siquiera con gabinete de prensa. El último ejemplo ha sido una brillante intervención que ha llevado a un juez de Vigo a inmovilizar preventivamente 700 toneladas de pulpo congelado, bajo la sospecha de que pudiera tener salmonela. Todo está pendiente ahora de los análisis del Ministerio de Sanidad y Consumo. La historia la destapó esta semana EL MUNDO (como tantas en esta democracia vigilada). He recibido en mi correo un comentario sobre esta situación de silencio.