Los hijos de Némesis
por JC
El auto del juez Juan del Olmo solo le ha gustado al clan que todos ustedes saben. Al PP no, ni a media España. Eso creo. Por eso no me extraña que Pilar Manjón haya salido enfurecida a la palestra como lo ha hecho (en la SER). Respeto su dolor profundamente, pero no me creo muchas de las cosas que dice porque todo en ella me recuerda algunos clásicos de esta historia. El juez ha escrito una parte de ella, pero no toda, porque las incógnitas no han sido respondidas. La descalificación barata que los habituales hacen del tema, de la investigación de El Mundo (que gran tio Fernando Múgica), no me divierte. Me da asco.
Señora Manjón, ¿quién ha dicho eso de que perdieron las elecciones por cuatro muertos de mierda? como usted dice que han dicho. Le juro que si yo hubiera escuchado tal expresión no sé lo que habría hecho. Pero es que no paro de mirar en la hemeroteca. No encuentro esa simplificación de mierda.
En ese atentado terrorista -yo no me creo, lo siento, la versión que nos quieren dar- usted perdió a su hijo. Pero hay otras pérdidas, nunca tan importantes como una vida humana, pero que sí lo son para muchos españoles. Dimos un paso atrás, terrible. Nunca debimos votar en aquellas elecciones generales, impactados, desolados, tristes y con los ojos secos de llorar con furia bajo un manto de paraguas. Se lo dije hace algunos días a Eduardo Zaplana en un acto liberal en Cádiz. Y en público.
Recuerdo que aquella noche de la gran manifestación yo subía, poco a poco, metro a metro, con un calor de mil demonios, las escaleras mecánicas paradas y abarrotadas de la estación de Alonso Martínez. Se me rompieron los esquemas, perdí la confianza en el Estado de Derecho, me acordé de la madre que parió a media clase política y de mi familia. Mucho. Pocos días después me largué a toda prisa. Y eso que Madrid es tierra de oportunidades laborales. Quedé con unos amigos en Colón, pero me perdí. No estuve solo, había miles tan solos como yo. Señora Manjón, es usted la voz que nunca podrá tener nadie en el PSOE. Por eso es tan valiosa para la causa. Mi mas sentido pésame, querida señora. Lo siento muchísimo, pero lo que millones de españoles perdimos es la ... (póngalo usted, señora).